Severidad de la pena no hace nada contra el crimen

Algunos de los que reclaman a los legisladores la aprobación del proyecto de Código Penal lo hacen porque quieren ver condenas más severas; otros, en cambio, porque consideran un desatino la persecución de crímenes y delitos con una herramienta legal del siglo XIX.
El Código Penal vigente no es, en términos absolutos, un conjunto de normas de hace dos siglos, pero está, sin dudas, desactualizado.
Su traducción y localización data de 1884, con su origen en el napoleónico de 1810, heredado de la ocupación haitiana. Desde entonces, no ha dejado de recibir parches que le dan la apariencia de sábana de retazos.
Considero necesaria la aprobación de un código actualizado, con tipificaciones propias de estos tiempos, pero no necesariamente con penas severas, que no llevan a ninguna parte.
A ver si puedo explicar por qué, pero antes permítaseme fijar aquí una aspiración que quizás ayudaría más que las condenas muy extendidas: la suma de penas en infracciones, delitos o crímenes encadenados. Pongamos el caso de un chofer o conductor que se pasa la intersección a pesar de un semáforo en rojo, choca el vehículo de uno que entró porque para él estaba verde, huye del lugar, o trata de hacerlo y en la huida atropella a un peatón. Para cada una de estas cuatros acciones debiera de haber una pena sumada digamos que de 20 años.
Del choque del vehículo del que entró a la intersección porque tenía el derecho podía derivarse una muerte, una fractura o la invalidez permanente de una o varias personas —lo mismo que al atropellar al peatón—, ambos hechos bajo la voluntad de saltarse la señal de parada del semáforo en rojo.
En cuanto las condenas, si fueran disuasivos eficientes de crímenes, Estados que incluyen cadena perpetua o la pena de muerte serían paraísos, pero ocurre que no lo son, como es el caso de los Estados Unidos de América.
Cuando era un niño unos compañeros de escuela me dejaron encerrado en un cuarto de baño en el que permanecí acaso una hora.
Es el tiempo más largo que he estado encerrado y no me gustó, ¿puede ser considerado poca cosa pasar 5 años preso junto a otros criminales? A este hecho, por el que hubo reprimendas familiares y del centro educativo, atribuyo el mal talante con que soporto los “ascensores”. Los compañeros de escuela pidieron perdón y fueron gente de bien a pesar de la levedad de aquella pena.