Londres.- El servicio secreto MI6 del Reino Unido y la CIA estadounidense trabajan «incansablemente para lograr un alto el fuego y un acuerdo sobre los rehenes en Gaza», aseguran sus directores, Richard Moore y Bill Burns, respectivamente, en un artículo en ‘Financial Times’.
Moore y Burns subrayan la unidad de ambas agencias en vísperas de que el 13 de septiembre el primer ministro británico, Keir Starmer, se reúna con el presidente estadounidense, Joe Biden, en la Casa Blanca, para tratar, entre otras cosas, el conflicto en Oriente Medio.
Si bien las políticas de ambos países estuvieron alineadas desde el atentado de Hamás en Israel en octubre de 2023, este mes Londres se desmarcó al anunciar un embargo parcial de sus envíos de armas al Estado judío.
Como resultado, se suspendieron 30 de 350 licencias de exportación -menos de un 1 % del armamento total que Israel recibe-, ante la posibilidad de que ese equipamiento se usara en la contienda en violación de la legislación internacional.
En el inusual texto conjunto, los espías jefe aseguran que siguen explotando sus canales de inteligencia «para presionar con fuerza a favor de la moderación y la desescalada».
«Nuestros servicios trabajan incansablemente para lograr un alto el fuego y un acuerdo sobre los rehenes en Gaza, que podría poner fin al sufrimiento y la terrible pérdida de vidas de civiles palestinos y traer a casa a los rehenes después de 11 meses de confinamiento infernal por parte de Hamás», afirman.
El propio Burns desempeñó «un papel activo en reunir a las partes negociadoras, con la ayuda de nuestros amigos egipcios y cataríes», explican.
Los directores apuntan que ambos servicios secretos se mantienen unidos también «en la resistencia a una Rusia asertiva y ante la guerra de agresión de Putin en Ucrania».
Tanto para la CIA como para el MI6, «el ascenso de China es el principal desafío geopolítico y de inteligencia del siglo XXI», por lo que se reorganizaron para reflejar esa prioridad.
Según el artículo, sigue siendo un elemento central de la alianza la lucha contra el terrorismo y los esfuerzos para frustrar «la amenaza resurgente» del Estado Islámico, así como el combate de los ataques cibernéticos e inteligencia artificial.