El ministro de Interior y Policía, de un tiempo a esta parte, ofrece declaraciones de un cuerpo socavado que está bajo su responsabilidad, pero sin las pruebas necesarias.
Son declaraciones reveladoras de una realidad en las que también tiene, debido a sus funciones, una corresponsabilidad.
Habla de algo ya dicho y reiterado en pasadas jefaturas de la Policía Nacional. Plantea los mismos números de declaraciones pasadas.
Dice que el Cuerpo del Orden solo tiene control de 15 mil de los 32 mil agentes que figuran en su nómina. Diecisiete mil miembros de la institución están al servicio de funcionarios, personalidades y generales que no hacen nada.
Se trata de cifras redondas, no hay un indicio de que haya un verdadero control del número de los agentes que figuran en la nómina.
No puede ser que haya 32 mil agentes, justamente, en la nómina de la Policía, y que, justamente, 17 mil estén en otros servicios fuera de la institución.
Con anterioridad se hablaba de esa situación, además de que la institución no disponía de los equipos y los vehículos necesarios para hacer su trabajo.
De mantenerse la situación, de qué valdría dotar a esa Policía Nacional asistencialista, prestando servicios equivocados, ajenos a su naturaleza, de nuevos y costosos equipos, si quienes necesitan de su protección no tendrán derecho a un verdadero servicio de vigilancia y defensa.
Esta realidad, de comprobarse, apunta al verdadero problema del aumento de la delincuencia.
