Oviedo (España).- El cantautor español Joan Manuel Serrat regresó a los escenarios este viernes en el Teatro Campoamor de Oviedo (norte), donde interpretó una de sus más conocidas canciones tras recoger el premio Princesa de Asturias de las Artes, en una ceremonia en la que la princesa Leonor cobró un gran protagonismo.
Un Teatro Campoamor que se puso en pie para ovacionar al cantautor que se retiró de los escenarios a finales de 2022 y que interpretó, acompañado de un violín, su emotiva ‘Aquellas pequeñas cosas’.
“Un señor mayor tirando a viejo”, como se definió en su discurso, que ha acompañado a generaciones de españoles e hispanohablantes con sus canciones, y que dijo no sentirse a gusto con un mundo “donde todo tiene un precio“
Los versos de Serrat estuvieron presentes también en el discurso de la princesa de Asturias, que asumió por primera vez la semblanza de los galardonados con los premios que llevan su nombre, una tarea que durante más de cuatro décadas llevó a cabo su padre, el rey Felipe VI.
“Emoción -de rey y de padre- que Leonor, como presidenta de honor que es de la fundación, se encargue de hacerlo a partir de ahora”, aseguró el monarca, que destacó el privilegio, el honor y el aprendizaje que supuso la responsabilidad de elogiar a los galardonados en esta ceremonia.
También asumió este viernes por primera vez doña Leonor la clausura del acto y la convocatoria de los Premios Princesa de Asturias del próximo año, frase con la que se cierra la ceremonia cada edición y que hasta ahora pronunció siempre el rey.
Al principio de su discurso, la princesa recordó un verso que escribió Joan Manuel Serrat hace 60 años.
Está en la canción ‘Els veremadors’, y acabó sus palabras con otro de las más recordadas frases del cantautor- “pelea por lo que quieres y no desesperes si algo no anda bien. Hoy puede ser un gran día y mañana también».
Además de Serrat, la española Carolina Marín, Premio Princesa de Asturias de los Deportes, campeona olímpica en Río 2016, medalla de oro en tres mundiales y en siete europeos, fue una de las premiadas más aplaudidas.
Y también Cristina de Middel, presidenta de Magnum Photos (premio de Concordia), y sus compañeros y antecesores al frente de la agencia Thomas Dworzak y Olivia Arthur, quienes, tras recoger el premio de manos de la princesa, “desenfundaron” las cámaras fotográficas que llevaban y comenzaron a tomar fotos del momento sobre el escenario.
Emotivo fue también el discurso de la poeta y activista rumana rumana Ana Blandiana- «¿puede la poesía salvar el mundo?”, se preguntó antes de recordar cómo los versos fueron una forma de resistencia en las cárceles de la dictadura comunista de su país- “un arma de defensa contra la locura».
También la historietista, cineasta y pintora francoiraní Marjane Satrapi, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, que en principio no iba a asistir por circunstancias personales graves pero que, finalmente, realizó un esfuerzo por trasladarse a Oviedo, habló en su discurso del humanismo.
Y de fino humor fue la intervención del escritor, académico y expolítico canadiense Michael Ignatieff, que diferenció los caracteres de las personas entre zorros y erizos- “soy un zorro que siempre deseó ser erizo”, dijo, para terminar su discurso agradeciendo a la princesa que haya hecho muy feliz “a un viejo zorro».
A la ceremonia, en la que la reina emérita Sofía recibió una gran ovación, asistieron varias personalidades y representantes políticos españoles.