Serrat: canción, poesía y libertad

Serrat: canción, poesía y libertad

Serrat: canción, poesía y  libertad

José Mármol

En realidad, sus cincuenta años con la canción, la poesía y con su elevado sentido de la libertad a través del arte se cumplirán en 2015.

Pero este catalán universal, que escribe y canta en su lengua vernácula, pero que lleva también el castellano en las letras, el corazón y la voz se ha adelantado a la efemérides de su propia trayectoria artísticas con el lanzamiento de una excelente reunión de las que son, para él, sus canciones preferidas; conjunto de cuatro discos compactos al que ha dado por título “Serrat, antología desordenada”, que comprende el período 1965-2015.

Su primera actuación en público tuvo lugar en febrero de 1965, en una estación radial de Barcelona. Su primer disco de larga duración, bajo el nombre de “Ara que tinc vint anys” apareció en 1967.

Figuran en la antología cincuenta canciones; en treinta y una de ellas se hace acompañar de diferentes artistas y agrupaciones de Iberoamérica, y, salvo algunas excepciones, se trata de piezas musicalmente renovadas y cantadas con su voz de estos días; que, a decir verdad, es prácticamente la misma de antaño.

Entre los que hacen el dueto a Joan Manuel figuran Mercedes Sosa, Sabina, Silvio Rodríguez, Ríos, Milanés, Aute, Ana Belén, Víctor Manuel, María Bethania, Blades, Lolita Flores, Soledad Giménez, Tania Libertad, Sanz, Calle 13, Estopa, Noa, Resaca Sudaca y Les Luthiers, entre otros.

Desde sus primeros discos, el joven Serrat se siente atraído por el poder estético y comunicacional de la poesía.

Su cuarto álbum, publicado en 1969, titulado “Dedicado a Antonio Machado, poeta”, es contentivo de una serie de textos del gran poeta sevillano de la Generación del 98 y discípulo del filósofo Henri Bergson.

En su quinto disco, también de 1969, el cantautor musicaliza el poema “La paloma”, de Rafael Alberti.

En 1971 aparecerá “Mediterráneo”, el álbum que lo catapultará al cenit de la fama internacional, en el cual figura la musicalización del hermoso poema “Vencidos” del poeta del éxodo y del llanto, León Felipe.

Apenas un año después, Serrat publica un disco íntegramente basado en textos de otro singular poeta español y al que denomina con su nombre, “Miguel Hernández”.

Solo la canción “Nanas de la cebolla” tiene música de Alberto Cortez, quien también colaboró en la producción dedicada a Machado.

En sus siguientes discos aparecerán, de vez en vez, poemas musicalizados de Ernesto Cardenal, J. A. Goytisolo, J.V. Foix, Sabines, Joan Marsé, Cernuda, García Montero, Eduardo Galeano, Benedetti (a quien dedica por completo el álbum “El sur también existe”, de 1985), Joan Margarit y Sabina, entre otros.

En 2009 retoma textos de Miguel Hernández y publica, en honor al centenario de su nacimiento, “Hijo de la luz y de la sombra”. Su afición por el poema que puede ser canción es, pues, una constante en su carrera artística.

De ahí la exquisitez poética de sus propias letras.

Serrat se forjó como artista en la España gris del franquismo. Su primer ímpetu libertario fue su intención de cantar en catalán en el Festival de Eurovisión, en 1968, lengua condenada al ostracismo por la dictadura.

Al prohibírsele, prefirió no presentarse. Tuvo que exiliarse brevemente en México hasta la muerte de Franco.

Cantó antes en el Chile de Allende y la Unidad Popular. Pero el Chile de Pinochet le niega su entrada al país en 1988. Logra cantar en el Chile libre de Aylwin, año y medio después.

Así, “para la libertad”, teje su andadura de cinco décadas con el canto, la poesía y la libertad, este quijotesco caballero del honor.



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