Serena Williams vuelve a ser la número uno.

Este sábado, la tenista estadounidense batió a su hermana Venus en la final del Abierto de Australia y ganó su título número 23 de Grand Slam, superando así el récord histórico de Steffi Graf y acercándose al de Margaret Court (quien obtuvo 24).

La deportista de 35 años derrotó a su rival, de 36, por 6-4 y 6-4 y se alzó en el primer puesto del ranking mundial.

Era la novena ocasión en la que se enfrentaba a su hermana en la pista de tenis para una final de Grand Slam, y el duelo número 28 entre ambas.

Con esta primera victoria del año, que culminó con un abrazo entre las hermanas, Serena logró su séptimo título en el campeonato australiano.

La de 2009 había sido la última gran final de Venus Williams, la jugadora más veterana.

«Mi hermana es mi inspiración», dijo de Venus Williams la nueva número uno, Serena Williams (sentada en el suelo).

El partido duró 88 minutos y, aunque estuvo algo pobre de juego, fue tenso y estuvo lleno de errores no forzados (46 en total).

Tras un resbalón, Serena rompió una raqueta y tres dobles faltas le precipitaron a un empate (2-2) contra Venus, quien cedió en el saque durante el sexto juego.

La hermana menor conservó la ventaja hasta ganar el primer parcial. En el séptimo juego cambió la dinámica del partido con un break de Serena, quien finalmente se hizo con la victoria sin ceder ni un set.

Venus la felicitó y le dedicó estas palabras: «Estoy muy orgullosa de ti, eres mi mundo. Si Dios quiere, me encantaría repetir».

La nueva campeona mundial le arrebató el primer puesto en la clasificación de la WTA a la alemana Angelique Kerber.

Serena también quiso elogiar a su hermana y aseguró que no podría haber logrado su 23 Grand Slam sin ella, «es mi inspiración», aseguró.

«Es la única razón por la que estoy aquí hoy y por la que las hermanas Williams existen. Gracias por inspirarme. Cada vez que ganaste esta semana sentí que yo también lo hacía».