Ser expresidente ha sido una “profesión de alto riesgo”, pero en los últimos tiempos se nota más por la expansión de las vías de comunicación y socialización.
Joaquín Balaguer, a su salida de 1978, lo vivió; Antonio Guzmán falleció albergando el temor de padecer maltratos, Jorge Blanco hasta fue apresado, Leonel Fernández sufrió una embestida tanto al salir en el 2000 como al salir en el 2012, le pasó a Hipólito Mejía a partir del 2004 y ahora le está ocurriendo a Danilo Medina.
Haberle tocado la conducción de un país durante un proceso de construcción de la democracia les ha hecho merecedores de malquerencias, pero también de reconocimientos.
Todos esos ciudadanos se han distinguido como servidores públicos. Contribuyeron a colocar a la República Dominicana en el camino del desarrollo, aportaron para que hoy seamos un modelo de crecimiento económico.
Eso sin negar que se cometieron errores y que hasta sufrieron por malas acciones de colaboradores suyos.
Pero sirvieron con determinación al país.
República Dominicana tiene la dicha de contar con tres expresidentes vivos y vitales, prestos a servir a su país desde la acera que le corresponda ocupar.
Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina son tres activos de la nación. Aprovechémoslos en vez de denigrarlos de manera innecesaria.