Ser buenos dominicanos

Ser buenos dominicanos

Ser buenos dominicanos

El sacrificio de Duarte, Sánchez y Mella y de todos los que lucharon por nuestra libertad, no puede ser en vano, debe reforzar el compromiso con la patria como valor fundamental a cultivar en los niños, adolescentes y en todo ciudadano, promoviendo las siguientes acciones:

Promover el amor patrio: además de difundir y respetar los valores de la dominicanidad, amar lo nuestro implica consumir lo que producimos y apreciarlo, liberándonos del desprecio por lo nacional y la transculturación.

El orgullo de ser dominicano empieza por enaltecer lo bueno que nos identifica y cuidarlo como bien social.

Ser buenos ciudadanos: el buen ciudadano honra su patria respetando y cumpliendo las leyes, pagando los impuestos, protegiendo el medio ambiente y promoviendo la paz social que empieza por casa.

Fortalecer la democracia: el gran valor que nos legaron Duarte, Sánchez y Mella fue la democracia, un sistema político y social que reafirma la dignidad de la persona, la libertad y la igualdad.

Fortalecer la democracia, no sólo es votar cada cuatro años, también ejercer y reclamar nuestros derechos, promover la tolerancia y la no discriminación, participar en la vida social e incidir en la solución de los problemas y males que aquejan al país.

Promover la honestidad: la patria se lacera cuando la mentira y el engaño crecen y no se detienen. Si queremos que no haya corrupción, desterremos esa práctica de las familias, las escuelas, las empresas y de todas las instituciones.

Las conductas que dañan la sociedad son el fruto de una cultura de la estupidez que celebra la trampa y que venera la codicia, el lucro excesivo, el alarde de riquezas y que desprecia la austeridad, la frugalidad, la humildad y el servicio al prójimo.

Apostar por la confianza en la nación: aunque en determinados momentos estemos tentados a perder la esperanza, el compromiso patrio requiere de un optimismo irremediable que nos motive a apostar por lo mejor, con la convicción de que el mal nunca es sostenible y el remedio frente a él es la honestidad, la verdad, la solidaridad y la paz, y esos valores los construimos los buenos ciudadanos y ciudadanas.



Etiquetas

Noticias Relacionadas