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El sentido del sufrimiento: la cruz como mapa interior

Yovanny Medrano Por Yovanny Medrano
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📷 El sentido del sufrimiento: la cruz como mapa interior.

“El justo por la fe vivirá… aunque padezca” (Hebreos 10:38)

La cruz ha sido malinterpretada durante siglos como símbolo de castigo o fracaso, pero para quien la contempla desde el alma, la cruz no representa el fin: representa el umbral. Es el punto donde el dolor, lejos de ser negado, empieza a revelarse como posibilidad de transformación.

Hoy, República Dominicana carga una cruz colectiva. Tras la tragedia en la discoteca Jet Set, muchas familias están de luto. El país entero se pregunta cómo seguir. Y es en este contexto donde la Semana Santa adquiere un sentido urgente: no como rito, sino como camino. No como costumbre, sino como mapa interior.

Jesús y la cruz: no una víctima, sino un maestro del alma

Jesús no murió por debilidad, sino por amor. Aceptó la cruz, no como castigo divino, sino como decisión consciente de atravesar el dolor para redimirlo. Su oración en Getsemaní lo humaniza:

“Padre, si es posible, pasa de mí esta copa… pero hágase tu voluntad” (Mateo 26:39).

Jesús no evitó el dolor: lo habitó. Y al hacerlo, abrió una vía para todos los que sufren. Una vía donde el sufrimiento no tiene la última palabra, pero sí puede tener un propósito.

Uno de los grandes pensadores del siglo XX, el psiquiatra judío Viktor Frankl, sobrevivió a los campos de concentración nazis. Allí, donde todo parecía perdido, descubrió que quienes lograban encontrar un sentido a su sufrimiento tenían más posibilidades de sobrevivir física y espiritualmente.

Así nació la Logoterapia, una forma de psicoterapia centrada en el sentido. Frankl sostenía que el ser humano puede soportar casi cualquier dolor, si encuentra un “para qué”. Para él, el sufrimiento no es lo que destruye: lo que destruye es la falta de sentido.

La Logoterapia invita a replantear el dolor no como castigo, sino como llamada. No como final, sino como desafío: ¿Qué puedo hacer con este dolor? ¿Cómo puedo transformarlo en algo que dignifique mi existencia y la de otros?

Esta enseñanza es vital hoy, cuando muchas familias dominicanas atraviesan el vacío de la pérdida. Porque si ese sufrimiento encuentra un sentido -una memoria que moviliza, un compromiso que transforma, una oración que consuela- entonces no será inútil. Será sagrado.

Les invitamos a leer: Jesús: El símbolo humano del amor incondicional

La ciencia lo confirma: crecer desde el trauma es posible

La neurociencia ha respaldado este principio. Desde 1995, los psicólogos Richard G. Tedeschi y Lawrence Calhoun han documentado el fenómeno del crecimiento postraumático: muchas personas, tras sufrir tragedias, desarrollan mayor empatía, claridad de propósito y conexión espiritual.

En 2020, un estudio liderado por Leah Weiss en Stanford y publicado en Journal of Positive Psychology (vol. 15, n.º 2, pp. 135–149), demostró que prácticas como la oración y la meditación compasiva ayudan a resignificar el sufrimiento, activando zonas cerebrales asociadas con la resiliencia.

Y estudios en la Universidad de Emory han mostrado que el duelo vivido con acompañamiento espiritual reduce los efectos traumáticos a largo plazo, permitiendo que el dolor no paralice, sino que impulse.

El dolor dominicano: una cruz compartida

La tragedia de Jet Set no es solo una pérdida individual. Es un trauma nacional. Y como país, tenemos el deber de no mirar hacia otro lado. Jesús no lo hizo. Se quedó con los que sufrían. Se quedó con nosotros.

Esta Semana Santa puede ser vivida como un acto de reconstrucción: personal, espiritual y colectiva. Cada gesto de consuelo, cada abrazo, cada exigencia de justicia, puede ser parte de esa transformación.

Conclusión: el dolor es umbral, no destino

La cruz no fue el final de Jesús. Fue el puente hacia la resurrección. La Logoterapia nos recuerda que el dolor puede ser el inicio de una vida más consciente, más compasiva, más luminosa.

Hoy, nuestro país carga una cruz. Pero no estamos solos. Y si nos dejamos tocar por ese amor que abraza incluso en medio del sufrimiento, podremos atravesar esta noche y amanecer distintos.

En el próximo artículo exploraremos el valor del silencio: el sábado santo, cuando parece que Dios no responde… y sin embargo, permanece.

Porque incluso en el dolor -y también en el silencio- se aprende a ser feliz.

Les invitamos a leer: El origen sagrado de la Semana Santa: Del Éxodo a la Resurrección


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Yovanny Medrano

Ingeniero Agronomo, Teologo, Pastor, Consejero Familiar, Comunicador Conferencista, Escritor de los Libros: De Tal Palo Tal Astilla, y Aprendiendo a Ser Feliz

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