Sentido adiós a don Danilo Arzeno

Sentido adiós a don Danilo Arzeno

Sentido adiós a don Danilo Arzeno

Rafael Chaljub Mejìa

Aquí dejo constancia emocionada del duelo que me embarga al enfrentarme a la dura realidad de la muerte de mi amigo entrañable Danilo Arzeno.

Leyenda y maestro de la locución, cuya voz bien timbrada y gallarda fue vehículo de tantos mensajes y tantas enseñanzas importantes.

El Locutor de la Patria. Ese fue el título que la gratitud pública y la admiración de la gente le asignó a este profesional de dilatada trayectoria, que dio sus primeros pasos en su natal Puerto Plata, en los tiempos en que sobre los hombros de don Luis Pelegrín, se fundaba la radio en esa ciudad.

Luego se estableció en la capital. Laboró en la radio, en la televisión y ocasionalmente publicando alguna de sus producciones en un periódico escrito. Alma de poeta, batallador sin tregua por las buenas causas, patriota que probó su calidad junto a otros locutores, desde la trinchera del deber en la Radio Constitucionalista, en los días aciagos de la guerra de Abril de 1965.

Enemigo rotundo de todas las injusticias, instaló simbólicamente su paredón moral para condenar a los corruptos. a violadores del derecho ajeno, a los maltratadores de las mujeres, los depredadores del medio ambiente y a los que maltratan los animales.

Los animales no pueden hablar, habla tú por ellos, solía decir en su permanente campaña de educación cívica, especialmente en Informativo Dominicano, aquel espacio noticioso que mantuvo abierto don Danilo por cerca de cuarenta años.

Poeta a tiempo completo. Porque a más de sus versos, sabía ponerle poesía a todo lo que escribía. Patriota por partida doble.

Por amor a la República y por amor a la tierra en que nació, su muy querida Puerto Plata, a cuyos paisajes, sus grandes hombres, sus hazañas heroicas y a la belleza sin igual de sus mujeres, les cantó sin mancar.
No sé si sus colegas locutores le rendirán tributo con alguna actividad organizada expresamente.

Espero que, al menos, sus discípulos y colegas del Sindicato de Locutores de Puerto Plata, sabrán hacerlo oportunamente.

De mi parte y junto a mi familia, dejo el testimonio expreso de mi profunda pena. Frente a su pueblo natal y muy especialmente a los pies de doña Marcia, amantísima esposa de siempre de don Danilo.

Con la misma emoción, intento llenar el vacío de la ausencia del amigo ido, y coloco junto a su memoria una rosa roja, símbolo del combate y de los recuerdos imborrables.



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