El Día 
Este comentario es motivado por un caso específico que tiene que ver con mi familia, pero como no debe ser el único, me voy a permitir usarlo de ejemplo para recomendar a la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Santo Domingo que revise sus métodos de cobro y cortes de servicio, para hacerlos más racionales, civilizados y efectivos.
Veamos el caso, el método y las consecuencias:
El caso: desde hace once años esta familia vive en una casa con agua de pozo, sin conectarse a la CAASD. De repente le dejan en la puerta un volante proponiéndole llegar a un acuerdo para saldar una supuesta deuda, sin indicar monto y sugiriendo llamar a un teléfono (809-616-1021) que nadie contestó.
El método: sin más ni más, un buen día llega una brigada de la CAASD y, sin hablar con nadie, empieza a romper la calle justo frente a la puerta de la casa, en busca de la tubería que conecta con el pozo, presumiblemente con intención de inhabilitarlo. La rompedera solo se detuvo cuando la dueña de la casa logró que un supervisor le informara ¡por fin! que (supuestamente) tenía una deuda de $3,700 y pico, la cual, indefensa ante el abuso, ella se comprometió a pagar, a pesar de que nunca ha consumido esa agua.
Las consecuencias: La calle quedó rota, y seguramente estará así por mucho tiempo, hasta que el Ayuntamiento decida arreglarla a un costo mucho mayor que la suma supuestamente cobrada por la CAASD. Y lo peor de todo: se deteriora innecesariamente la imagen de la institución, por la aplicación de métodos totalmente inadecuados, al estilo de un Trucutú cualquiera.
