Varias informaciones recogidas en esta edición sirven como base para una profunda reflexión sobre la sociedad dominicana y cómo muchas situaciones se traducen en muertes y otros tipos de tragedia.
Primero, cinco adolescentes mueren al accidentarse en horas de la madrugada en un vehículo en el que andaban sin autorización, a alta velocidad y en evidente estado de descontrol de sus reflejos. Una tragedia para ellos, sus familias y la comunidad por la comisión de inconductas y violaciones a las normas.
Segundo, un hijo mata a su madre y hiere de gravedad a su hermana por una discusión relativa a un inmueble. Se evidencia una clara desvalorización de la vida y la familia frente a una supremacía por lo material.
Tercero, tres dominicanos mueren al naufragar una yola en la que viajaban de manera ilegal a Puerto Rico. Queda de manifiesto la desesperanza de quienes arriesgan su vida en busca de mejores oportunidades y la persistencia de un mortífero tráfico de personas.
Cuarto el Banco Central inyecta cien millones de dólares para estabilizar el precio de la divisa ante el alza registrada en los últimos días.
Mientras, también en esta edición se recoge que el liderazgo nacional está en otra cosa, librando una lucha descarnada por controlar el poder sin explicar claramente para qué.