La sabiduría requiere cultivar esas semillas que cada uno trae consigo en su propio ser desde el momento de la creación. Es esa voz interna que algunos llaman intuición, instinto, corazón, entrañas, tripas.

Esa voz interna nos dice quiénes somos, qué anhelamos y la fuerza que tenemos para lograr lo propuesto. Aunque, según El alquimista: “nadie consigue huir de su corazón.

Por eso es mejor escuchar lo que te dice, para que jamás venga un golpe que no esperas.” Hay quienes se niegan a prestar atención y con frecuencia les va mal en la vida. Si lo que te digo hoy resuena en ti, te invito a explorar la “Escucha a tu corazón. Él lo conoce todo.” dijo El Alquimista.

Desarrollar el proceso de escucha ayuda a que conozcas tu “YO” interno y estés más alerta de lo que en verdad te hace feliz. Cuando te adentras en ti, el mundo toma otro significado. Ah… pero no creas que es tarea fácil o rápida; toma tiempo, paciencia y dedicación.

La recompensa es que estarás más segur@ de ti, sentirás como tu poder y confianza interna se fortalecen. Para lograrlo presta atención a tus sensaciones y sentimientos; identifica qué ocurre para que te sientas: nervios@, triste, enojad@, tranquil@.

Cuando debas tomar una decisión recuerda momentos en los que fuiste acertad@. Escucha esa parte tuya que te habla; generalmente la intuición te dice lo que es mejor para ti. Recuerda momentos de éxito, tus emociones y sensaciones al momento de tomar esas decisiones, y qué sentías, cómo estaba tu cuerpo; compara esas emociones con el momento presente.

Llevar un registro de momentos intuitivos cuando estuviste correct@ eso te ayudará a reconocer a tu voz interior cuando te hable.