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Semana Santa entre la fe y el olvido: tradiciones que desaparecen en República Dominicana

Johanna García Por Johanna García

Santo Domingo.- En años anteriores, la Semana Santa en la República Dominicana era un tiempo marcado por el recogimiento espiritual, la reflexión y el respeto a las tradiciones religiosas. Sin embargo, muchas de estas costumbres se han ido perdiendo, dando paso a un enfoque más vacacional y festivo.

Alguno atribuyen estos cambios al auge del turismo interno, la secularización de la sociedad y la pérdida del sentido de sacrificio y temor a Dios, especialmente entre las nuevas generaciones.

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Ana Correa, católica practicante y fiscalizadora en una institución pública, lamenta que una de las tradiciones más significativas que se ha desvanecido es el ayuno y la abstinencia, especialmente el no consumir carne el Viernes Santo.

“La gente no entiende el sentido del sacrificio, que es no dejarse dominar por el deseo del cuerpo. Antes se comía pescado ese día, hoy se come de todo”, señaló.

Correa también menciona la pérdida del recogimiento en los hogares: “Todo el mundo se quedaba en casa, no se hablaba alto, no había peleas ni música alta; lo que se escuchaba era cristiano”.

A pesar de esto, reconoce que algunas prácticas religiosas se mantienen, aunque en menor medida.

Sabiduría popular y creencias antiguas

Anilza Reyna, oriunda de Salcedo, en la provincia Hermanas Mirabal, recuerda con nostalgia las tradiciones populares más curiosas del Viernes Santo: “Se decía que si te bañabas en el río ese día, te podías convertir en pez. También que si hacías oficios, el buey te hablaría.”

Otra de las costumbres era levantarse sin hablar, no tener relaciones sexuales ese día «porque supuestamente la gente se quedaba pegada».

Reyna también lamentó la desaparición de las programaciones religiosas en la televisión: “Antes tú encontrabas películas bíblicas en todos los canales; ahora buscas y no aparece nada.”

De lo sagrado a lo vacacional

Teresa Casado lamentó por lo que considera la pérdida de la esencia espiritual de la Semana Santa: “La prioridad ya no es la fe, sino el entretenimiento. Antes se oraba, se iba a la iglesia, se evitaban palabras descompuestas, el irrespeto y no se tomaba alcohol. Hoy la gente ora para que llegue el feriado e irse de parranda”, dijo con ironía.

Una transición que preocupa

Aunque algunas expresiones religiosas persisten, como los retiros, el Vía Crucis y la asistencia a los oficios litúrgicos, la observancia generalizada de las costumbres de Semana Santa ha disminuido notablemente en la República Dominicana.

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Si bien algunas manifestaciones religiosas persisten, como los retiros, el Vía Crucis y la asistencia a los oficios litúrgicos, el ambiente general de recogimiento y la observancia de las costumbres que definieron la Semana Santa dominicana durante generaciones son cada vez menos frecuentes, cediendo terreno a nuevas formas de vivir este período vacacional.

Se recuerda que, ante todo, la Semana Santa es un tiempo de reflexión, sacrificio y renovación interior.

En años anteriores, la Semana Santa en República Dominicana era un período marcado por el recogimiento espiritual, la reflexión y el cumplimiento de diversas tradiciones religiosas y culturales, muchas de las cuales se han ido perdiendo en la actualidad.

Algunos atribuyen al auge del turismo, el aspecto festivo y vacacional, así como la falta de temor a Dios, la desaparición de algunas costumbres y los cambios en el comportamiento de una gran parte ciudadanía en este periodo.

Ana Correa, quien practica la fe católica y se desempeña como fiscalizadora en una institución pública, expresó una de las costumbres que se ha ido perdiendo es el sentido del sacrificio en Viernes Santo, que es el tener control de las apetencias del cuerpo y no dejarse dominar.

Señala además la abstinencia y el ayuno, no ingerir carne en Viernes Santo, que antes no se consumía ese día y ahora la gente la come, en vez del pescado que era el alimento que se ingería.

«La gente no entiende el sentido del sacrificio, que es no dejarse dominar por el deseo del cuerpo», indicó.

Otro aspecto de acuerdo a Ana Correa, se ha ido perdiendo es el recogimiento. «Todo el mundo se mantenía en su casa, no se hablaba duro, no había pleito, ni música alta, la música que se escuchaba antes era cristiana», expresó.

Sin embargo Ana Correa reconoce que aunque algunas tradiciones se ha ido perdiendo, otras se mantiene vigentes, como las religiosas y alunas se practican aunque en menos proporción que antes.

Mientras que Anilza Reyna, quien es de Salcedo, provincia Hermanas Mirabal, refirió que otras tradiciones o culturas que se han perdido en Semana Santa es el levantarse mudo el Viernes Santo, no tener relaciones sexuales ese día «porque supuestamente la gente se quedaba pegada».

«Antes no se podía hacer oficios los Viernes Santo porque se decía que el buey te iba a hablar. Tampoco te podías bañar en la playa porque supuestamente te convertías en pez», agrega.

Sobre el recogimiento, observó que aunque la Semana Santa es un periodo de reflexión, unión familiar, visita a la iglesia, retiros espirituales y tener un mayor acercamiento con Dios, en la actualidad la ciudadanía lo utiliza para irse a vacacionar, de playa y celebrar.

Reyna extraña las películas y programación cristiana que hacían en los canales de televisión. «Tu te cansas de buscar películas de historias bíblicas y no encuentras», sostuvo.

De su lado, Teresa Casado lamentó la pérdida de la esencia espiritual y cultural de la Semana Santa, señalando que la prioridad se ha desplazado a otras cosas como el entretenimiento, desvirtuando el significado de esta fecha para la tradición cristiana dominicana

«Antes había que mantenerse en oración, se prohibía a los adultos tomar alcohol, el Viernes Santo solo se iba a la Iglesia, no podías decir palabras descompuestas ni faltar el respeto a las otras personas. Ahora la gente ora pero para que llegue la Semana Santa para irse de parranda y a la playa», rememora.

Aunque algunas manifestaciones religiosas se mantienen, el recogimiento y la observancia de las costumbres son cada vez menos en República Dominicana.

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