Bloomberg News.-La productividad en Estados Unidos ha sido bastante mala últimamente.
Los datos en el informe sobre el empleo difundido la semana pasada demuestran que la tendencia puede estar por cambiar.
Las cifras del Departamento de Trabajo demostraron que la extensión de la semana laboral promedio para todos los empleados en abril fue 34,5 horas.
No hubo ningún cambio con respecto a marzo, cuando la semana laboral se redujo por primera vez en más de un año y el empleo creció al ritmo más bajo desde junio de 2012.
Desde octubre hasta febrero, se había mantenido en un pico de más de seis años al mismo tiempo que las contrataciones aumentaron.
Como la productividad es una medida de cuánto pueden producir los trabajadores por hora, una semana laboral más corta y estabilizada podría ser una señal de que los empleadores están intentando apuntalar sus estadísticas de producción, según economistas de JPMorgan Chase.