Entre República Dominicana y Haití no debe construirse un muro que separe, pero sí una vaya que proteja.
Ambas naciones se benefician de que se implementen medidas múltiples para incrementar la seguridad en la línea fronteriza.
Aunque toda la inversión la haga República Dominicana, la vecina nación sacará gran provecho porque podrá tener más control aduanal y recibir aranceles por la mercancía que entre a su territorio.
Pero también República Dominicana tendrá una de las múltiples herramientas que necesita para contrarrestar la inmigración ilegal, el ingreso a territorio dominicano de parturientas, el tráfico de drogas y armas y ahora una nueva amenaza: el terrorismo.
Incluso, Estados Unidos se beneficia pues el corredor Haití-República Dominicana-Canal de la Mona podría resultar atractivo para grupos terroristas que tienen a esa gran nación bajo la mira.
Pero ese control requiere otras cosas adicionales a la obra física en cuestión, la cual resulta necesaria y rentable.
Además de la vaya, se requiere tecnología, militares honestos para la vigilancia, personal capacitado en materia de seguridad, agentes aduanales con pericia para detectar mercancía peligrosa y organismos de inteligencia bien entrenados en los desafíos del terrorismo.
Nadie en su sano juicio podría pensar que con la simple construcción de una valla quedarían resuelto los problemas de seguridad de la frontera, se necesitan todos los otros elementos previamente señalados adicionalmente.
Decida usted cuál es el más importante, pero todos son necesarios.
