El trimestre que inicia en octubre marcará el final del año. Al mismo tiempo que se convertirá, de manera estratégica, en un periodo clave para discutir el derrotero que tendrá el Presupuesto de 2017.
Ya hay indicios de los reclamos que se avecinan, muchos sectores levantan la bandera del aumento salarial.
Otros, como el de los transportistas, son partidarios de que se eliminen ciertos subsidios al combustible.
El proceso de entendimiento del Gobierno con el Colegio Médico Dominicano ya culminó, pero inmediatamente vemos cómo arrecian las acciones de los jueces y empleados del Poder Judicial, que con el lema: “Que se haga justicia a la Justicia” abogan para que le asignen el 2.66 por ciento del Presupuesto Nacional que establece la Ley.
El sorpresivo aumento de los sueldos de los legisladores y las tarifas de los peajes son otras decisiones que entran en esta secuela de aumentos, y llaman poderosamente la atención. No hubo diálogo.
Se trata de una decisión que incidirá, inevitablemente, en el curso económico que tendrá el venidero trimestre.
Sobre todo porque con la última medida se afecta el precio final que tendrán los productos de la canasta familiar.
Esos productos, con el acarreo, de una u otra forma, tienen que pasar por las estaciones de peaje, trátese o no de artículos nacionales o importados.
El país, de manera sorpresiva, entró en un final de año muy sensible. Esperemos que, efectivamente, se produzca, en los próximos días, un eficaz proceso de diálogo entre los sectores afectados.
Y que también, los que no tienen ese gran poder de decisión, puedan ser favorecidos por los reajustes que se haga al Presupuesto que regirá el destino del país en el próximo año. Eso esperamos.