Santiago de Chile.– El presidente de Chile, Sebastián Piñera, condenó ayer el ataque xenófobo contra migrantes ocurrido el pasado sábado e insistió en frenar la entrada irregular de extranjeros bajo el lema de “ordenar la casa” ante el agravamiento de la crisis migratoria en el norte.

Según el Departamento de Extranjería y Migración, hay 1,4 millones de migrantes en Chile, lo que equivale a más del 7 % de la población y los venezolanos son los más numerosos, siguen peruanos, haitianos y colombianos.

“Condenamos categóricamente la brutal agresión que un turba descontrolada cometió contra un grupo de migrantes irregulares, estamos haciendo todo lo necesario para que ese crimen no quede impune”, dijo Piñera.

El suceso tuvo lugar al término de una multitudinaria marcha contra la migración irregular en la ciudad de Iquique que convocó a alrededor de 5.000 personas, tras la cual un grupo de manifestantes quemó carpas utilizadas por extranjeros para pernoctar en plazas y playas.

El norte de Chile, frontera con Bolivia, vive una crisis migratoria que se ha agravado en los últimos días con la entrada de cientos de personas por pasos clandestinos.