Seamos íntegros!!

Seamos íntegros!!

Seamos íntegros!!

Mayra de Peña

Salmo 15.- Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón. El que hace estas cosas, no resbalará jamás.

Desde que tenemos uso de razón debe ser nuestra más importante meta el tener un lugar preparado para nosotros en el tabernáculo de Jehová, aún más conociendo que El es el Alfa y la Omega, el Principio y Fin de todas las cosas y tristemente, viendo nuestro escenario donde la ambición nos está cegando, no tengo más  que afirmar que de tanto querer ser sabios nos hicimos necios.

Siempre que observo la naturaleza y veo su perfección… su verdor, las diferentes tonalidades del mar, lo invariable de sus leyes naturales… cómo el sol sale todos los días y realiza su trabajo y la luna de noche y la forma en que esto incide en el equilibrio, lo maravilloso e imprescindible de aspirar el aire, sentir la brisa, la lluvia y conocer que aún los fenómenos naturales tienen su razón de ser, mi corazón rebosa de alegría de saber que a ese Dios perfecto, creador de todas las cosas,  he decidido servirle y asegurarme el estar en su tabernáculo por toda la eternidad.

Ver las noticias nos desmoralizan, la integridad por el suelo, no hay respeto del padre por el hijo ni viceversa, cuando se trata de intereses,  todo se vale dicen muchos. Sabemos que este tiempo es apocalíptico, tiempo de apostasía, una era donde se mueven grandes guerras en el orden espiritual y en el secular también, entonces, es precisamente ahora donde no podemos descuidarnos.  El Salmo 15 nos da la receta de lo que tenemos y no tenemos que hacer para salvaguardar nuestro lugar en el tabernáculo de Dios. Esto lo escribió el Salmista David y les tengo buenas noticias…aunque estamos viviendo tiempos difíciles también tenemos la ventura de vivir en el tiempo de la Gracia, a través de Jesucristo, el hijo de Dios y de su Santo Espíritu,  nuestro ayudador.

David, fue un hombre con un corazón sumamente agradable a Dios pero con debilidades humanas grandes. A él le fue revelado como tenía que conducirse para asegurarse el entrar en el tabernáculo del Señor y nos lo dejó de legado.

Hoy tenemos la ayuda del Espíritu Santo para lograr acercarnos al Trono de la gracia. Con su intervención seremos íntegros y esto encierra tantas cualidades…no mentir, no calumniar, no admitir reproche alguno contra nuestro vecino y prójimo…por supuesto que esto implica hacer justicia, no codearnos con los viles y engañosos, hipócritas y otras muchas cosas.

Si queremos estar con Dios en su Tabernáculo -y es que muchos ni se imaginan lo que esto representa-, debemos amar Su Palabra y conocer de Él. Cuando vamos de viaje a cualquier destino, lo primero que hacemos es tratar de conocer de éste…corremos al internet…Google y ahí averiguamos de su cultura, sus destinos turísticos, nos interesamos en saber su idioma sino lo hablamos….definitivamente nos enfocamos  en saber acerca de donde estaremos…eso mismo debemos hacer en torno a nuestro futuro eternal…debemos prepararnos en conocimiento y habilidades para ser un digno ciudadano celestial.

Cristo está esperando por nosotros…fue a preparar lugar y nos lo dijo ¨Cosa que ojo no vió, ni oído oyó son las que tengo preparado para vosotros¨.

No desperdiciemos el tiempo en atesorar tesoros aquí, obtenido en el mayor de los casos haciendo todo lo contrario a lo dicho en el Salmo 15, señores no nos llevaremos nada cuando dejemos esta tierra. Vayamos tras el más valioso tesoro y en el ínterin empecemos a experimentar las ventajas de ser íntegros y servirle a Dios.

 

 



Mayra De Peña

Lic. en Contabilidad, egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), graduada de Periodista, en el Instituto Dominicano de Periodismo (IDP). Locutora, con un Diplomado en Comercio Exterior, y Diplomado en Política Estratégica. He desempeñado diversas funciones dentro del sector Privado y Gubernamental. Hija de Dios y amante de la naturaleza. Creo en vivir a plenitud de manera equilibrada y en lo significativo de quererse y valorarse como individuo. Soy una feliz madre de tres hermosas hijas, creo en el matrimonio, en la institución familiar y en la importancia de predicar con el ejemplo. Amo escribir y con ello transmitir mi sentir y sobre todo tengo en alto estima alimentar el espíritu, pues de él mana la vida.

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