Ryan Carney Williams fue retenido en el aeropuerto de Keflavik (Islandia) cuando iba a embarcarse en un vuelo de British Airways con destino a Londres, por vestir 8 pantalones y 10 camisas.
El pasajero intentaba no pagar el recargo por una maleta extra y decidió vestirse con toda la ropa que llevaba en el equipaje. Williams dijo que no podía pagar el exceso de equipaje, unos 125 dólares, ya que se había quedado sin dinero.