El Día 
Cuando se habla de democracia representativa se supone que nos referimos a un sistema de gobierno en el cual los ciudadanos escogen a determinadas personas para que les representen en los organismos del Estado y tomen decisiones en su nombre y en defensa de sus derechos.
Esas personas llamadas a representar a la sociedad son, aparte del Presidente de la República, los senadores y diputados (a nivel nacional) y los regidores y síndicos (a nivel municipal). Ellos contraen el compromiso, al dejarse elegir y asumir sus funciones, de velar por los mejores intereses de la nación, a nombre y en representación de quienes les eligieron.
A la luz de un ejercicio realizado por el periódico Hoy, que revela el alto grado de inasistencia de senadores y diputados a las sesiones en las que se discuten los cambios que sufrirá la Constitución de la República, ¿se sienten ustedes, amigos lectores, representados por esa gente indiferente que al final levantará la mano aprobando lo que ni siquiera han discutido?
Esos ausentes consuetudinarios o frecuentes son los que nos darán la Ley de Leyes que todos habremos de acatar y cumplir. ¡Vaya representatividad!
