Por Danilo Minaya
Siendo apenas un adolescente, las manifestaciones y las luchas por el poder político constituían para nosotros de gran expectativa; toda la izquierda o en su mayoría, batallaba contra las Políticas del Balaguerismo y los remanentes del neo-trujillismo; un PLD que se proclamaba en las calles de “liberación Nacional”, con aquel famoso periódico sobre los 12 años, convertido en pieza de colección y un PRD con una base social impresionante.
En los procesos electorales, participábamos de un debate ideológico, era una atracción ver aquellos multitudinarios mítines y escuchar extensos discursos políticos con propuestas de gobierno, así sólo fueran discursos. Nos enfocábamos en cuál era la producción bibliográfica de los candidatos, íbamos entusiasmados a los estantes de las librerías a ver y contrastar la capacidad intelectual de todo aquel que se presentaba para dirigir los destinos del país.
Ahora, los tiempos han cambiado, estamos ante un nuevo panorama social, contemporáneo; las Redes Sociales y el Marketing, copan el escenario político, la juventud en su mayoría está envuelta en la modernidad líquida y sus aspiraciones han cambiado.
El país se ha “modernizado”, modernización que trajo consigo una fragmentación y desigualdad social, ahora es más amplia la brecha entre clases; la falta de oportunidades y la poca inversión en las necesidades básicas, es nuestra realidad.
En pleno siglo XXI, quien tiene más bancas de apuestas, más aviones, mejor dicho, más dinero para gastar e invertir en la compra de conciencia, es el “mejor” candidato, eso nos quieren vender; no importa formación profesional o ideológica, producción académica y, sobre todo, propuestas de gobierno.
El momento electoral nos convoca a reflexionar y a pensar en nuestro país y el futuro, es tiempo de cambios, elijamos verdaderos representantes, que no sean sellos gomígrafos del ejecutivo, votemos por la honradez. Existen muy bueno/as candidato/as con una larga trayectoria de trabajo por el bienestar de nuestra sociedad. Tenemos en nuestras manos la oportunidad de que este país avance por un nuevo camino.
Nuestras acciones de hoy marcan el rumbo del mañana, valoremos a quien o quienes estamos entregando la dirección del país, necesitamos dar un giro drástico, que no compren nuestra dignidad en campaña y luego más de lo mismo. Este pueblo necesita Salud, Educación, Empleo, Vivienda digna y una larga lista de derechos no satisfechos.
Tu voto marca la diferencia, hazlo realidad.
