SANTO DOMINGO.-Ante el deterioro progresivo de sus casas coloniales que ponen en riesgo la vida de la gente y la objeción que encuentran algunos propietarios para arreglar otras denominadas “culturales”, el sector Santa Bárbara, en el Centro Histórico del Distrito Nacional, luce cada vez más abandonado y vuelto ruinas.

Pese a ser uno de los lugares que alberga y colinda con importantes íconos coloniales como es el Alcázar de Colón, la Catedral Castrense Santa Bárbara, La Ruta de los Esclavos, la ceiba donde Colón ató su barca y la casa del patricio Juan Pablo Duarte, los residentes del lugar tienen necesidades tan viejas como su historia.

“El principal problema que tenemos aquí es el drenaje pluvial, llevamos años en eso, especialmente en la calle Gabino Puello esquina Colón; hemos enviado sesenta mil cartas al ayuntamiento y hecho colecta hasta de diez mil pesos para resolver por nuestra cuenta y no lo hemos podido ponerle fin, se apoza agua y esto un criadero de mosquitos”, describió William García, presidente de la Junta de Vecinos.

El comunitario precisó que en el perímetro residen unas 345 familias, y a que desde hace tres meses las autoridades de Mitur vienen realizando un “supuesto levantamiento” como en múltiples ocasiones para remozar las viviendas, pero todo queda en manos de “terceros y revive muertos”.

Afirma que estos últimos a los que conocen como inversionistas y tienen empresas alternas aparecen como propietarios de las mejoras y el proceso se estanca.

La pequeña barriada donde acuden decenas de turistas que desean conectar con la gente, exhibe desechos que la gente dice se recogen, pero por la falta de contenedores reaparecen.

“La situación nuestra es que el agua sólo viene jueves y domingo, pero hay veces que dura hasta dos semanas; la basura viene y al rato está igual; y en relación a las viviendas, desde que tengo uso de razón las están arreglando”, dijo Ramona Lora, quien vive en peligro porque con frecuencia de su casa caen trozos de cemento.

Le niegan permisos

— Dificultad
Ilena García, en Colón número 11, mostró la casa “cultural”, de años atrás que el suegro les dejó al irse del país, pero tuvieron que cerrarla porque Patrimonio Monumental no les deja reconstruir, pese a su estado deplorable.