Sandeces y burdos engaños, son nuestra cotidianidad

Sandeces y burdos engaños, son nuestra cotidianidad

Sandeces y burdos engaños, son nuestra cotidianidad

Porque: La Autoridad es para ser

ejercida a plenitud.

 

Uno debe considerar, no lo malo

de los otros, ni lo que otros han

hecho, sino, lo que uno mismo

hace o no hace.

Buda.-

Decir que cotidianamente nos la pasamos hablando sobre sandeces y de manera desenfrenada, podría no ser del todo cierto, pero, si estaríamos de acuerdo que se lleva a cabo con un alto porcentaje. Y es que somos –esto sin lugar a dudas-, un pueblo que grita a los cuatro vientos su principalía, que como ya antes he manifestado, no nos ha costado el más mínimo sacrificio, pero que alardeamos de eso sin pudor alguno.

Más bien, considero, que somos copistas mediocres, importadores de códigos, leyes e instituciones de otros países, las cuales aplatanamos a nuestra conveniencia para satisfacer ambiciones, ya sean políticas o económicas. Aunque mejor sería decir; a conveniencia de los honorables y “tigüeres honorables” incapaces de crear leyes y organismos que vayan acorde con nuestras necesidades y hasta con nuestra idiosincrasia como pueblo.

Asistimos a los juegos olímpicos y me da por decir que, la participación de las delegaciones dominicanas –ojo al Cristo- “dominicanas”, han sido una muestra de heroicidad, dadas las condiciones que han enfrentado para llegar a ese punto, no aquellas traídas por los moños de otros lares, donde muchos apenas balbucean el español y que delata o desnuda la manera burda cómo se maneja ese negocio del deporte en el país, y que, sin pudor alguno, nos arrogamos esos éxitos sin admitir que tampoco hemos sido los formadores de los mismos, y lo más que nos ha costado, son el llenado algunos papeles que los identifiquen como dominicanos, aunque sean aplatanados. Son unos cuantos medallistas que entran en este renglón, en tanto cronistas y autoridades deportivas y de migración, se desgranan por hacerlos dominicanos a la fuerza, donde hasta el apellido los delata.

Pero es tal la cobertura mediática, que no se les puede decir “bocinas deportivas”, porque este proceder –al parecer- parece circunscrito a los asuntos sobre política partidista, porque al que diga esto, de inmediato lo etiquetan como racista o un fanático nacionalista, ¿Y?

Que el toque de queda desde sus inicios ha sido violado impunemente, es la noticia cotidiana, pero nada ocurre, y es que todo esto, es por la falta de autoridad, cosa que digo por enésima vez. Porque este mal, junto a la falta de respeto, es producto del mal uso del personal destinado a la seguridad ciudadana, porque a pesar de tantas teorías escritas y falta de acciones tangibles, se podría argüir, que simplemente las autoridades llamadas a ejercer el monopolio de la violencia continúan viviendo en el ayer, con acciones pensadas en un enemigo que hace tiempo desapareció.

Pero ante todo esto, es poco el tiempo que transcurre, sin que se crean nuevos organismos que solo vienen a engrosar la “burocracia”. Podríamos decir que la estrategia se perdió y junto con ella se fue la operatividad de estos organismos, donde hasta el significado de cosas sencillas, como la formación de Fuerzas de Tareas, para ejecutar operaciones especiales, han sido olvidadas y prefieren crear órganos permanentes que complican más las misiones, los costos y la administración del personal.

Como consecuencia de esta degradación profesional y dentro de las diarias sandeces que escuchamos y vemos, no pueden quedarse las obras de los “pobres padres de familia” que se perpetúan en el tiempo, por ese simple hecho. Estos personajes, con su loriga de pobreza, se apropian de terrenos hasta para hacer sus propios cementerios, no sin antes, con su adarga de impunidad, haberse apropiado de las tierras donde han edificado sus moradas, pero, nada les sucede. ¡Sí señor!

Se apropian de las cosas y luego, además, para sacarlos, hay que darles tierras y viviendas, como en Valle Nuevo; como los motoconchistas que se adueñan de esquinas y parques para hacer sus paradas; la avenida Duarte con Paris o el lado Norte de la Autopista Duarte en Villa Altagracia. Es que estos personajes se convierten en mesnadas, al mando del más vivo. Todo esto, porque las autoridades no han actuado en el tiempo que les tocó hacerlo. Así nomás. ¡Sí señor!