La situación de Wander Franco está más complicada cada día, incluso la Major League Baseball (MLB) le acaba de romper la facultad que tenemos todas las personas como derecho humano universal, por el cual todos somos considerados inocentes hasta que se demuestre lo contrario.
Lo que está sucediendo con Franco atraerá a muchos padres irresponsables a “pescar en mar revuelto”, porque son muchos los expeloteros y peloteros que han tenido relaciones con menores de edad, y lógicamente para no atravesar por la situación de Franco aceptarán los sobornos que les hagan.
Nadie puede justificar esas acciones, porque no son buenas, pero sabemos que aquí por la Justicia no cumplir sucede de todo.
La problemática de las menores embarazadas en el país llegó a tan alto nivel de ser considerada un flagelo, incluso en varias maternidades se han visto precisados a colocar pabellones para atender a esas niñas, pero nadie quiere darle el frente a la situación.
En un estudio publicado por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el año pasado, se revela que en el país nacieron 553 niños de madres con edades menores de 15 años, mientras que de progenitoras entre 15 y 19 años los nacimientos sumaron 19,287.
Es algo que se puede resolver fácil. Los legisladores podrían crear una ley que indique que a todo aquel que se le pruebe que tuvo relaciones con una menor de edad tendrá que cumplir 20 años de cárcel sin apelación y 25 años si llega a embarazarla.
Considero que esa sería una solución, porque recuerdo que hace unos años atrás estando en los entrenamientos primaverales en Surprise, Arizona, me encontré con un novato de Kansas City, llamado José Bonilla, quien estaba en la conquista de una joven, que para mí era mayor de edad, pero cuando ya estaban próximo a subir a la habitación del hotel, el jugador de manera repentina le preguntó por su “ID”, aquí sería la cédula.
La joven le dijo que no la tenía consigo y él muchacho enseguida la devolvió. Le pregunté: ¿Qué pasó ahí? Me respondió con una situación que había sucedido con otro prospecto de Kansas City años atrás, quien se enamoró de una joven en el supermercado y se la llevó sin preguntarle nada, pues resultó que era una menor de edad y lo fueron a buscar preso al complejo. Por eso, donde la ley se cumple nadie se equivoca.