Salvavidas

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Ana Blanco

Esta semana ha sido una semana difícil. Y no hablo a título personal, si no en todo lo que nos rodea. Escuchar las noticias y oir una desgracia detrás de otra, la naturaleza agresiva, las personas fuera de control en muchos aspectos. Muchas veces pienso que si uno se parara a ver lo que nos pasa alrededor quisiéramos meternos en una burbuja y no salir de ella.

Pero luego pienso que eso sería dar la razón a quien hace las cosas mal y permitir que ganaran la batalla. Igualmente, si frente a aquello que no podemos controlar nos desesperamos, eso se lo pasamos a quienes tenemos al lado y se convierte en una bola que haría que todos cayéramos en esa desesperación.

Para mí la clave para sobrevivir y sobre todo para mantener la esperanza es encontrar esa razón por la que realmente merece seguir echando el pleito, como dicen aquí. Cada persona tendrá la suya, algunos más de una, pero que se convierte en el norte al cual dirigirse cuando todo lo demás parece inmerso en un maremágnum de locura.

Eso no quiere decir que no nos preocupemos, que no sintamos las desgracias ajenas e incluso que no haya momentos que se nos salten las lágrimas.

Esos sentimientos son parte de lo que somos, como lo son los de alegría y esperanza. Al fina nos damos cuenta como siempre que todo es cuestión de equilibrio, ni podemos ser eternamente felices ni podemos estar siempre en el lado negativo.

Por eso, repito, tener claro esas cosas que son nuestro salvavidas, o personas, a quienes aferrarnos cuando nada más funciona es algo que todos debemos tener para, de alguna manera, entender que cada día es un nuevo comienzo y que de alguna manera siempre sale el sol. Seguimos.



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