SANTO DOMINGO.-El hombre a partir de los 40 años debe visitar al urólogo una vez al año para realizarse su chequeo prostático, para la detección temprana del cáncer de próstata.

Aunque según la uróloga-andróloga Marlin Fernández, también deben acudir por otras patologías de cuidado, entre las que encuentran las enfermedades de transmisión sexual, las prostatitis, molestias en los testículos, problemas de fertilidad, disfunción eréctil y eyaculación precoz.La docto

ra manifiesta que es vital que los hombres se chequeen a partir de esta edad, pero “Si no hay antecedentes familiares de cáncer de próstata, pues si existe este antecedente debe iniciar antes”.

Fernández, quien es experta en fertilidad y disfunción eréctil, al hablar de las frecuentes afecciones que padecen los hombres explicó que, después del cáncer de próstata, la más tratada en la población es el crecimiento prostático benigno, ya que a medida que el hombre envejece va cambiando su forma de orinar y en muchas ocasiones esto altera su calidad de vida, creándole malestar que le puede impedir hasta el salir de su casa o tomar agua, por la dificultad que le puede producir para orinar y el aumento de la frecuencia de orinar tanto en el día como en la noche.

Agrega: “El crecimiento prostático es parte del proceso del envejecimiento del hombre, por lo tanto, no es un problema, ahora bien, los síntomas que puede producir en la forma de orinar es lo que hay que monitorizar y cuando sea necesario tratar, pues, hay tratamientos que van desde pastillas hasta procedimientos quirúrgicos”.

Una alerta fiable
Marlin recomienda realizarse cada año el análisis del Antígeno Prostático Específico (PSA), que no es más que el marcador que utilizan para el cáncer de próstata, ya que su elevación les puede alertar de que puede haber un creciente maligno en la próstata.

La otra utilidad que tiene es que una vez el paciente es tratado por un cáncer de próstata, el PSA les sirve para dar seguimiento e igualmente ponernos en sobreaviso de si hay una recurrencia del cáncer.

La galena, quien pertenece al Grupo Urus, expresa que las guías recomiendan realizar el PSA y el examen físico que es el temido tacto rectal como rutina para una evaluación prostática.

Aunque dijo que existen otros marcadores en orina que son útiles también, pero que no se hacen de manera rutinaria. Al igual que la sonografía transrectal que tiene indicaciones específicas. Afirmó que dentro de las opciones para tratar este cáncer está la cirugía clásica (abierta) y la robótica.

“Son dos abordajes de la próstata diferentes para realizar una prostatectomía radical. Definitivamente, la abierta conlleva mucho más riegos de sangrado, infecciones y más estancia hospitalaria, contrario a la cirugía robótica que se hace mediante pequeñas aperturas en el abdomen y, por tanto, la recuperación es mucho más rápida”.

Tienen solución

— Riesgos de cirugía
Desafortunadamente la prostatectomía radical va a afectar la calidad de las erecciones y la continencia urinaria, aunque lo importante es que tengan soluciones para ambas condiciones. Cáncer debe ser tratado porque puede cobrar vidas.