Santo Domingo.-La multiplicidad de los intereses en Haití, ninguno orientado a sacar a la nación adelante, está en la base de la ingobernabilidad que se les ha vuelto consustancial con su perfil social y humano.

Cada sector o colectivo —no importa su calidad material y moral— advierte la posibilidad de poner el aparato del Estado a su servicio y se siente con las condiciones para materializarlo, así sea desde una pandilla de bandoleros.

La sociedad haitiana, vista desde fuera, parece un conglomerado humano sin un propósito común y si esta valoración es acertada, abrirle paso a un líder como ha propuesto el Caricom reunido en la capital de Jamaica con la presencia del secretario de Estado Antony Blinken, resultará complicado como lo fue en Santo Domingo cuando tumbaron a Trujillo y al trujillato.

Como parte de la vía de Kingston para impulsar una solución de la crisis haitiana ha sido puesta sobre la mesa la idea de un Consejo de Presidencial con siete asientos para sendos representantes.

Pero cuando se mira desde fuera, particularmente desde un escritorio en Santo Domingo, se da por hecho que cada sector visible en Haití cuenta con una banda armada para garantizarse la seguridad que el Estado dejó de dar cuando le fue arrebatado el monopolio de la violencia.

¿Qué harán los sectores que las tienen como arma de reglamento? ¿Qué pasará con las pandillas sin patrocinadores, si es que las hay realmente?

Un líder para Haití
Una de las medidas, la primera según la urgencia de Blinken, debe ser el nombramiento de un primer ministro. Un líder, como se entiende en los Estados Unidos de América, pero que entre nosotros no pasa de ser un mandatario.
Pero la realidad es que Haití necesita de un líder en toda la medida del término en esta parte del mundo.

Un líder con sus intereses, pero con las condiciones para conciliarlos con los intereses de los otros.

Ariel Henry

— Lo tumbaron
La inmovilización del todavía primer ministro Ariel Henry en Puerto Rico ha permitido a un órgano de la política internacional de la que Haití forma parte, el Caricom, tomar la iniciativa. ¿Habrán perdido su tiempo?

Las pandillas armadas tratan de tomar el poder
Política. En el comportamiento desde febrero pasado de las pandillas armadas en Haití se advierte algo más que la violencia en sí misma y la recaudación de dinero vía el secuestro y vías de presión.

Les interesaba el mando político y la salida del primer ministro Ariel Henry en una gira que incluyó a la lejana Kenia, les abrió el camino para profundizar el vacío de poder, pero también abrió la puerta a los del Caricom para bajo el liderazgo de Mohamed Irfaan Ali, presidente de Guyana.

El Caricom está compuesto por Antigua y Barbuda, Bahamas, Barbados, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Monserrat, Santa Lucía, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Surinam, y Trinidad y Tobago.