Saber renunciar

Saber renunciar

Saber renunciar

Hay que saber renunciar. Con dignidad y elegancia. No siempre renunciar a un objetivo es signo de cobardía o de condición pusilánime.

Por el contrario, la renuncia suele ser la manera de hacer saber a todos la alta calidad moral que llevamos por dentro.

Hay posiciones a las que nos lleva la vida a base de eso que se llama confianza. O sea, que usted debe inspirar confianza a todos aquellos que de una u otra manera pueden sentirse afectados por la forma en que usted actúa. Si alguien duda de su integridad, con razón o sin ella, lo más noble es dejar el campo libre.

No se puede trabajar para alguien que no confía en uno. Ir contra esa regla es pobreza de espíritu.



El Día

Periódico independiente.

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