Los consumidores de productos europeos se están aprovisionando de alimentos que van a escasear luego de que Rusia prohibiera una serie de artículos procedentes de la Unión Europea y Estados Unidos en represalia por las sanciones aplicadas con motivo del conflicto con Ucrania.
Rusia, de 143 millones de habitantes, es uno de los mercados exportadores de más rápido crecimiento para los fabricantes de queso franceses debido a que los moscovitas le han tomado el gusto al cremoso brie, el oloroso camembert y el sabroso roquefort.
Las ventas de queso y cuajada a Rusia tenían un valor de 985 millones de euros.
Los principales proveedores eran los Países Bajos, Alemania y Lituania
En el mercado de Rungis en las afueras de París, a 30 horas de auto del oeste de Moscú, Nicolas Medard, subdirector de Thomas Export, dice que hay acumulados 100,000 quesos brie destinados a Moscú luego de que se anunciara la prohibición el 7 de agosto, sin que por el momento se les haya asignado otro destino.
Importadores y vendedores rusos planean probar quesos de América Latina o Israel que les permitan reponer las existencias.
La Unión Europea exportó 257,000 toneladas de queso a Rusia el año pasado, lo que representa el 33 por ciento de las remesas enviadas fuera del bloque.