España.-Las decisiones son simples para quien no teme las consecuencias. Se puede perder la cabeza sin perder el control.
Es la diferencia entre la valentía y la imprudencia, o la temeridad. Para mantener el control es necesario construir una estrategia y tener un plan.
Rosalía tiene un plan. Hay quien considera que hacer canciones de pop de dos minutos y tener un plan es síntoma de una mente calculadora y perversa, ¡es un producto de marketing!, exclaman. Pero Rosalía no teme las consecuencias.
En este su tercer álbum, Motomami, que se publica hoy viernes, Rosalía dice en un abecedario con aspecto de filosofía vital: «zeta de zarzamora, o de zapateao, o de zorra». Pero Rosalía es un erizo. Parece que pierde la cabeza, pero ella tiene el control.
La artista
Cantante, compositora y productora, Rosalía ha hecho un disco que es un mundo propio. Ambiguo, mutante y orgulloso de su extraña belleza.
Por eso utiliza la mariposa como símbolo. Es música latina y un poco de flamenco con un diseño de sonido tan rompedor que la modernidad global se va a hacer pipí encima mientras el resto mira al vacío sin saber qué pensar.
Cada decisión parece la contraria a la que sugiere el sentido común. Motomami es moderno hasta la extenuación, con un lenguaje que es todo código (juvenil), con voces distorsionadas, con estructuras que se sacuden y entrecortan. Sus coordenadas musicales son la efervescencia estridente del híperpop, el sonido de chicle del k-pop, la electrónica de ordenador a la americana y la estética virtual del pop hipnagógico.
Hay reguetón, bachata, flamenco, bolero, R&B y rap para un pop decididamente juvenil. 16 canciones que no son un viaje, sino una burbuja. Rosalía sabe que lo más importante en este mundo es ser diferente. Ese es el plan.
Al hacer el disco, ¿qué es lo que tenías claro que querías hacer y lo que tenías claro que no querías hacer? Ante todo quería que el disco tuviera una energía y una libertad.
Que yo me diera esa libertad como músico, y que tú cuando escucharas el disco pudieras sentir esa libertad. Que de golpe haya unas bulerías como hay una canción inspirada en la bachata, como hay una canción inspirada en música industrial, como en rap… De todo.
¿Qué es lo más honesto que has contado en este disco?
Pues tú me dirás, tú lo has escuchado (sonríe). Para mí este disco es un diario personal, es honesto de principio a fin. Puedes ver muchas de mis referencias ahí. Hay muchas vivencias escritas ahí. Reflexiones sobre la transformación, la celebración, el desamor, la espiritualidad, la sexualidad. Dando cabida a todo eso. Todos esos temas puestos al mismo nivel.
¿Por qué el énfasis en la libertad?
Como artista creo que, ¿cómo lo diría?… La finalidad última, the ultimate desire, la finalidad última es ser lo más libre posible.
Yo me preguntaba constantemente: ¿cómo puedo usar mi voz como no lo he hecho antes?, ¿cómo puedo producir una canción de una forma distinta a como lo he hecho antes?, ¿cómo puedo hacer un arrangement, un arreglo, como no lo he hecho antes? Así siempre: ¿cómo puedo ser más libre? Se trata de eso.
— El disco
En una entrevista con el periódico El Mundo, Rosalía dice que para este disco ante todo quería que el mismo tuviera una energía y una libertad. Que yo me diera esa libertad como músico, y que tú cuando escucharas.