Robo público: ONG

Robo público: ONG

Robo público:  ONG

Dunia De Windt

Recuerdo hace años el caso de la patriota Lila Alburquerque, aquella díscola del PRSC que ha sabido nadar con astucia en todas las aguas y sus innumerables ONG en favor de los más “necesitados” y que nunca rindió cuentas al respecto.

También recuerdo que en el año 2002 el entonces presidente del Senado Andrés Bautista admitió haber gestionado la inclusión de 40 organizaciones de su provincia, Espaillat, en el presupuesto nacional de aquel momento. Hizo todo lo necesario para que esas organizaciones fueran favorecidas con dinero público. Por supuesto, él lideraba una de esas ONG inyectada con dinero de este pueblo.

En el país existen 956 ONG registradas que reciben fondos del Gobierno y según la Cámara de Cuentas, más de la mitad no rinden cuentas. Nada que deje de sorprender en el país.

La mayoría de estas ONG, fantasmas que deben brindar “servicio” a la comunidad necesitada, pertenecen a esos patriotas legisladores que nos gastamos el lujo de mantener en el Congreso.

Todo esto lo sabe el Presidente, pero tampoco hará nada, porque se sirve de sus propios vasallos para gobernar. Es permisivo y tolerante con muchas acciones negativas de sus propios compañeros.

Es decir, el único responsable de la “no rendición de cuentas” de las incontables ONG que los políticos se inventan para disfrazar su corrupción es el mismo gobierno, todos sin exclusión. Se tapan unos con otros para poder succionar la teta del Estado.

Millones y millones de pesos administrados por estos “políticos”, gestionados por ellos mismos, transferidos esos fondos a sus cuentas bancarias y ellos mismos se los comen… ¡Qué buen negocio son las ONG!!

Díganme ustedes lectores si todo esto no es un robo público, una deshonra y desfachatez de estos legisladores que no se cansan de tener sueldos de lujo, dietas, exoneraciones y además de todo esto, hay que permitirles trapichear dinero público a través de ONG fantasmas que solo ayudan a sus bolsillos y los de sus allegados.

Por cierto, la Cámara de Cuentas no debería ni de expresar las cosas en los medios públicos, porque nadie le hace caso.

Es una institución adorno, florero, no hace nada y permite junto a una falta de justicia real el robo del erario.

Los legisladores de este país saben que el negocio de las ONG es potente. Disfrazan y engañan a la población. Personajillos de saco y corbata que se sienten dueños de este país porque saben que no hay justicia, sino una selva llena de anarquía. ¡Vergüenza!!!



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