Santo Domingo.-Con gran éxito fue realizado el festival “Isle of Light” el pasado sábado en el faro de Punta Torrecilla, en Sans Soucí.
Un festival multidisciplinario que en su cuarta edición ofreció un cartel de artistas nacionales e internacionales de buen nivel.
El clímax de la jornada, sin dudas, fue el regreso a los escenarios de la escritora y cantante Rita Indiana, que luego del “boom” que provocó su música hace siete años, hizo un retiro musical inesperado en el punto más alto de su carrera porque, según ella, no pudo “manejar la fama”. Se mudó a Puerto Rico, en donde prestó más atención a su vida de escritora. Y hasta hace poco decía que ni por un millón de dólares volvería al escenario.
La espigada artista marcó el punto álgido del evento. Estaba llamada a ser la reina de la noche, y lo fue. A la 1:25 a. m. apareció en el escenario, ante un público fiel que no paró de vitorearla. Inició su set con su nuevo tema “El castigador”, en donde denuncia las injusticias y la corrupción de los gobernantes.
Pañoleta verde en mano, en apoyo al Movimiento Verde, que ha logrado movilizar a decenas de miles de ciudadanos contra la corrupción y la impunidad, Rita explicó sus motivaciones para regresar a la música.
Surge como una réplica a todos los episodios de corrupción y violencia en que encuentra Latinoamérica y el mundo. Habló de los aportes que cada ciudadano debe hacer desde la legalidad para acabar con esta situación.
Interpretó, además, “La hora de volvé”, “Dulces sueños”, dedicada a su madre, que estuvo presente.
También “Equeibol”. Defendió el merengue de Omega ante las críticas de Johnny Ventura. Cantó “Jardinera”, que se la dedicó a su esposa, luego cantó “Pásame a bucá”, “El juidero” y se despidió con “El blu del ping pong”.
Variedad del festival
La cartelera contó con una balanceada selección de artistas nacionales e internacionales de varios géneros musicales, que desde tempranas horas deleitaron al público con sus propuestas. Entre ellos Original Juan, The Cat Lady y Pj Sin Suela.
El festival demostró una buena organización y también incluyó gastronomía local y artesanía.
El cierre
El dúo canadiense de música electrónica, Crystal Castles cerró el festival. A las 2:50 a. m. inició su set bajo las notas del “Réquiem de Mozart en re menor”, una perfecta introducción para el puro e hipnótico show que venía: una lóbrega propuesta de sonidos saturados y aullidos desquiciados. El público, encantado.