Un nuevo ataque de reclusos dejó tres muertos ayer, dos días después de la fuga de 30 narcos y la masacre de 44 rivales en complicidad de custodios.
La cárcel de Topo Chico, uno de los tres penales en la zona metropolitana de Monterrey -tercera ciudad del país-, fue escenario en la madrugada de una aparente venganza contra tres secuestradores.
El centro de detención de Apodaca, también en la zona metropolitana de Monterrey, fue sacudido por una matanza de 44 presos ligados al Cártel del Golfo a manos de miembros de Los Zetas, como parte de un plan para facilitar la fuga de 30 compañeros que contó con la colaboración de nueve miembros de la guardia del recinto, según la policía.