Riesgo de embarazos en adolescentes

Riesgo de embarazos en adolescentes

Riesgo de embarazos en adolescentes

Altagracia Suriel

El caso de Emely Peguero está evidenciando los riesgos asociados a un embarazo en adolescente y poniendo nombres y rostros a este problema.

Hay que sumergirse en el drama que implica vivir un embarazo a destiempo. La tragedia pudo haber empezado con un abuso sexual a los 12, por parte de un adulto pedófilo que entendía que tener una relación con una menor lo haría más hombre o le levantaría la autoestima.

O, el más aborrecible de los casos, por culpa de unos padres que vendieron su inocencia para obtener beneficios económicos o por una madre que fue cómplice o guardó silencio ante la violación de su propia hija.

Amenazas de muerte, maltrato sicológico, manipulación, asedio constante, presión para abortar, violencia, irresponsabilidad paterna y desprotección total. Eso es lo que viven las niñas madres víctimas de embarazos en adolescentes.

El rostro inocente de Emely es el del más de un 20 % de adolescentes de los quintiles más pobres de la población que se embaraza. Vidas en riesgo hasta de muerte. Muerte por preclamsia, aborto o feminicidios.

Una gran mayoría también se convierten en muertas en vida, porque nunca logran sobreponerse a la maldición de la pobreza que recae sobre ellas.

Muchas entienden que otro embarazo puede ser su salvación, pero se sigue repitiendo la misma historia: maltrato y abandono. Abandono por parte del bandido que solo quería aprovecharse, abandono de la escuela y abandono de sí misma.

Frustraciones, puertas cerradas, trabajo doméstico en condiciones de servidumbre o hasta prostitución.

Morir en vida, vivir en miseria, sin un techo digno que les recuerde humanidad, sin estudios, sin trabajo, con la autoestima en el suelo, deprimidas, y presas de que les toque lo peor. Y lo peor muchas veces les toca a sus hijos: la violencia y la delincuencia.

A muchos no les importa este problema y pasan de largo. Sin embargo, debiera dolernos a todos y movernos a comprometernos con su erradicación. Esas adolescentes embarazadas son seres humanos, tienen derechos y si no las protegemos estamos renunciando al desarrollo sostenible, a la justicia y a la paz social.



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