Revistas depredadoras

La publicación falsa generada por inteligencia artificial avanza muy rápido, tanto que las agencias académicas donde se genera el conocimiento científico de calidad empiezan a preocuparse, y están borrando revistas depredadoras y otras plataformas en las que se refleja un cobro de tarifas excesivas, sin revisión editorial real, con indexación falsa, afirmando estar en bases como Scopus o WoS sin estarlo, o imitando títulos de artículos de revistas académicas legítimas.
Este fenómeno se conoce como “contaminación académica” y está generando un montón de publicación académica que no vale nada, o sencillamente que “están publicadas en sitios Web donde la gente no va a mirar”. En los tiempos modernos existen las llamadas “revistas depredadoras”.
Además de tratarse de publicaciones académicas que aparentan ser legítimas, en realidad explotan a los autores, cobrando tarifas por publicar sin ofrecer los estándares básicos de revisión por pares, edición y transparencia editorial, son revistas en las que quien escribe no puede controlar nada. Tampoco quien paga para aparecer en ellas, no escribe nada.
Como ejemplo, está la revista “Sustainability” y su editor, MDPI, de la que parece haber algunas preocupaciones sobre su reputación. En octubre de 2023, publicó dos números por cada mes; en el primer, se habían publicado 890 artículos.
¿Cono funciona esto? Paolo Parra Saiani, profesor ordinario de sociología, departamento de Ciencias Políticas e Internacional, de la Università di Genova, en su estudio titulado “A hombros de gigantes de arena. La credibilidad de la investigación científica y la transformación de la edición académica”, presentado en el IX ELMsC (Colombia, 2025), nos muestra una razón diferente: “Porque ganan dinero.
Es una fábrica a la que permiten ganar un montón de dinero. Se gasta el dinero público de los sueldos de los investigadores para publicar algo en esos sitios; el público paga al investigador, el investigador paga a la editorial y la editorial hace un trabajo casi igual a cero”. Hay una edición bastante baja, rápida, tan rápida que se crea una promesa de publicación rápida (por ejemplo: “El artículo será aceptado en 15 días»), aunque haya sido rechazado en otros sitios.
¿La solución al problema será educar más a los investigadores; recuperar la ética de los científicos? Eso está bien. La opinión de Paolo es contraria, porque ellos (los investigadores) son personas que tienen que trabajar para vivir.
La solución es que las universidades cambien el sistema de evaluación de los artículos científicos, pero asumiendo que las revistas depredadoras existen porque existen falsos investigadores, que no son inocentes, y que están contribuyendo a que las revistas se enriquezcan con nuestro trabajo, las instituciones de educación superior, que no están mostrando políticas claras de ética editorial o retractación de artículos.
Además de los dominios web sospechosos, correo electrónico masivo a autores solicitando artículos, en los cuales se observan errores ortográficos y gramaticales en su sitio web, el problema central parece radicar en que estas IES no se toman en serio la revisión por pares, o sencillamente, producen una revisión simulada.
El daño eventual que supone para los autores reales de los artículos involucrados es una pérdida en su reputación como investigador. Pero el problema es la revista, que pierde su credibilidad y pasa a ser una de las que usa editores falsos, por lo tanto, es encasillada de “fraudulentas” o depredadoras.