Es harto sabido que la pandemia por el Covid-19 derivó en dos crisis que afectaron al mundo: la de salud y la económica. Los gobiernos realizan grandes esfuerzos para salir y retomar la ruta de la recuperación.

República Dominicana no ha sido la excepción y parece que estará entre los países latinoamericanos que logrará una pronta recuperación económica.

También exhibe buenos indicadores en el ritmo de vacunación de la población, lo cual deberá facilitar la recuperación económica y sanitaria.

Pero hay un gran reto que requerirá de mucho esfuerzo, gran capacidad gerencial y una integración social importante: poner a caminar el sistema educativo.

El rendimiento del año escolar en curso será mínimo. Dejará grandes deficiencias que de no encontrar una forma de subsanarlas en el futuro marcará a toda una generación.
Se requiere de unas autoridades dinámicas, proactivas y creativas para liderar la recuperación de todo lo que por la pandemia se perdió en materia de Educación.

La planificación en tiempo de crisis adquiere mayor dimensión.
No hay paso a la imprevisión.
El próximo año escolar requiere mucha eficiencia y capacidad para integrar a toda la sociedad para la recuperación de lo perdido.