Los retos del famoso luchador profesional Francisco Acosta (El Puma), quien brilló en la época dorada de la lucha libre en el país, fueron sepultados ayer tras su reciente fallecimiento, víctima de un paro cardíaco derivado de complicaciones de la diabetes que padecía.
El Puma, muy conocido y seguido en el país, fue compañero de los legendarios Rafael Sánchez (Jack Veneno) y el Vampiro Cao, junto a quienes integró la empresa Dominicana de Espectáculos.
El exdestacado pancracista derrochó su calidad en los distintos cuadriláteros, destacando primero como un excelente luchador técnico, y en algunas ocasiones también hizo las veces de rudo, para convertirse en una de las principales figuras de la lucha libre del país.
El Puma había emigrado hacia los Estados Unidos en la década de los años 90, país en el que abrazó la religión evangélica, para posteriormente convertirse en predicador. Dese 2001 retornó al país y residía en San Isidro.