Respeto a la vida
La vida no puede ser un valor relativizado. Hay que protegerla y respetarla en todas sus manifestaciones.
Pero pareciera que la sociedad dominicana reduce cada vez más la valoración por la vida.
Se discute con un desparpajo preocupante si alguien tiene derecho a vivir o en qué circunstancia se puede matar.
Dicen que el caníbal empezó comiéndose las uñas.
Podríamos vernos en ese mismo espejo.
Empezamos aplaudiendo la muerte de presuntos criminales y terminamos viendo las ejecuciones extrajudiciales como algo normal.
También nos pasa cuando vemos morir a una persona que no puede costear su tratamiento.
Las acciones delincuenciales son el culmen. Hay quienes matan por un celular o por robarse unos pesitos.
Los dominicanos estamos abocados a analizar en qué momento como sociedad empezamos a insensibilizarnos frente a la vida, porque debemos dar reversa. Hechos recientes demuestran que valoramos poco el más fundamental de los valores, el vital.
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