Respeto a la naturaleza

Las personas que somos de países tropicales, quienes respetamos la Madre Naturaleza por la intensidad de sus demostraciones cuando de tormentas se trata, reaprendemos el respeto a su poder cuando vivimos en países como Estados Unidos.
Una tormenta de nieve, con vientos de más de 60 kilómetros por hora, que además dura uno o dos días y que tiene una acumulación de 2 pies de nieve es un fenómeno que hay que respetar.
Las medidas de precaución que recomiendan las autoridades son muy similares en cualquier tipo de tormenta.
Tener comida, agua, luces alternativas como linternas o velas, combustible y medicamentos de primeros auxilios en casa.
Las clases en escuelas y universidades son canceladas con antelación al igual que los centros laborales tienen que cerrar.
La circulación en las autovías son restringidas solo a personal de seguridad y primeros auxilios.
El transporte público estatal sigue trabajando para facilitar el arribo de las personas que por alguna razón no han podido llegar a sus hogares.
Al igual que en nuestros países, los ciudadanos se llenan de pánico y corren a los supermercados a abastecerse de alimentos, bebidas y algunas otras cosas que muchas veces no necesitan, y primordialmente de sal, palas, arena, guantes y botas que les permita volver a la realidad una vez concluida la tormenta.
Uno de los grandes temores que que se tienen en estas situaciones, al igual que durante un huracán, es la furia de los vientos, que puede derribar árboles sobre los techos, los cuales pueden ser muy altos, pero con raíces poco profundas.
Mantenerse a salvo durante una tormenta de nieve no es solo cuestión de tener un refugio caliente, también es cuestión de sentido común, responsabilidad y acatar las recomendaciones de seguridad.