Tras la muerte trágica del alcalde del municipio Santo Domingo Este, Juan de los Santos, ha salido a la luz pública la necesidad de implementar la resolución alterna de conflictos ante la ola de violencia por la que atraviesa la sociedad dominicana.

El presidente de la República, Danilo Medina Sánchez, ha propuesto que nos planteemos la necesidad de enfrentar los conflictos de otra manera, de otra forma, es decir, de manera pacífica.

Planteó la necesidad de construir una cultura de paz, ya que a través de esta podríamos “vivir tranquilos”, tal como está contemplado en un programa que promueve el Ministerio de Interior y Policía; pero que en la práctica no funciona a pesar de la necesidad y utilidad.

Desde agosto del 2000, varias instituciones de la sociedad civil organizadas en las organizaciones Espacio de Coordinación de Guachupita (Ecog), Coordinadora para el Desarrollo de la Ciénaga (Codeci), Coordinadora para el Desarrollo de Los Guandules (Codegua), Coordinadora de Organizaciones Barriales Don Bosco (Codonbosco), Coordinadora para el Desarrollo de Gualey (Codegley), Centro de Educación para la Paz, Tolerancia y Desarrollo (Cepatode) y las Uniones de Juntas de Vecinos de la Zona Norte del Distrito Nacional; es decir, cientos de “fuerzas vivas” de esta comunidades se plantearon impulsar la resolución de conflictos a través de la mediación comunitaria.

De estos esfuerzos, surgió el Centro de Mediación Comunitario María Auxiliadora (CEMECOMA), el cual me honré en dirigir, desde donde unos 3 años de manera voluntaria se abordaron miles de conflictos de vecinos y a la vez se promovía la convivencia en los 102 centros educativos de la zona.

Ese esfuerzo deberían las autoridades, la sociedad civil ante descrita y los medios de comunicación relanzarlos para desde esos espacios construir una vida digna, civilizada, comprometida de los y las ciudadanos.

Hoy más que nunca, las autoridades tanto municipales, congresuales, ejecutiva y el sistema de justicia debería aportar recursos económicos y humanos para construir espacios de esa categoría.

Juan de los Santos se merece que todos nos comprometamos por una mejor sociedad y no existe otra forma de que la mediación exista, sino se promueven mecanismos pacíficos para resolver los conflictos desde que se originan: en el hogar, la casa, el apartamento, condominio; en fin desde nosotros/as mismos.

El reverendo padre Luis Rosario, coordinador nacional de la Pastoral Juvenil de la Iglesia Católica, hace varios años que propuso al Congreso Nacional un anteproyecto de ley de desarme de la población y el mismo está descansando en las gavetas de esa institución gubernamental.

Entonces, tras la muerte violenta de personas sencillas, humildes y de alta sociedad, requiere que los actores del sistema político y gubernamental aúnan esfuerzos para implementar políticas públicas para combatir la violencia estructural que existe en la República Dominicana.

La Ley 1-12, Estrategia Nacional de Desarrollo contiene en sus articulados unos supuestos esfuerzos que harían instancias estatales para formar a personas como mediadoras y la fomentación de centros de mediación en todo el país.

Hoy los esfuerzos en el cumplimiento de la indicada ley es pobre y la población desconoce que puede reclamar a sus autoridades que se cumpla ya con la señalada ley, y se expandan centros de mediación para una convivencia y a la vez promover una cultura de paz que ya requiere la nación.

Desde conflictos y mediaciones nos unimos al mensaje del presidente Danilo Medina que en estas fiestas de adviento y de pascuas nos acerquemos como familia y busquemos la unidad, fraternidad y concordia que requiere la patria de Duarte, Sánchez y Mella. “Dios, Patria y Liberta”.

Que las fiestas navideñas y la prosperidad del 2016 nos invite a reflexionar y a comprometernos a una pacificación verdadera de nuestra gente, que puede ser desde los espacios de trabajo, estudios, iglesias, comunidades; en fin, todo/as.