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Rescatar vidas… sanar corazones

Hoy elevo mi voz y mi gratitud para honrar a un hombre que dejó una huella profunda en el alma de nuestra sociedad: Leopoldo Díaz Henríquez, fundador de Hogar Crea Dominicano. Tuve el privilegio de conocerlo y de colaborar con él durante mi tiempo en Tele Debate junto a don Mario Rivadulla.

Durante ese tiempo conocí más sobre su misión de rescatar vidas, sanar corazones y devolver la esperanza a miles de jóvenes y familias.

Don Leopoldo fue un visionario con una fe inquebrantable en el ser humano. Creía que nadie está perdido si se le ofrece amor, guía y oportunidad. Su obra, nacida en los años setenta, creció con la fuerza de quien trabaja movido por un propósito mayor: el bienestar de las personas.

Hoy, más de 20,000 hombres y mujeres han sido rehabilitados gracias a Hogar Crea, y cada una de esas vidas representa una historia de transformación, una familia reunida, un futuro recuperado.

Con más de 40 centros en todo el país, la organización que él fundó sigue siendo un faro de esperanza. En sus palabras y acciones, don Leopoldo nos enseñó que la verdadera salud no se limita al cuerpo, sino que también nace del alma, del perdón y de la comunidad.

Lo recuerdo como un hombre firme, pero profundamente humano. Demandante de disciplina, respeto, compromiso y pulcritud, porque sabía que sólo así se construye una vida nueva. Su mensaje sigue vigente: cuidar a la juventud es cuidar el corazón mismo de la nación.

Hoy le decimos gracias, don Leopoldo, por su entrega y su ejemplo. Su legado continúa vivo en cada joven que se levanta, en cada familia que vuelve a sonreír, y en cada corazón que aún cree que siempre es posible volver a empezar.

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