Miles de haitianos marchan este lunes, por segundo día consecutivo, en contra de la nueva Constitución que promueve el presidente Jovenel Moise y en defensa de la actual Carta Magna de 1987, en Puerto Príncipe (Haití). EFE/Jean Marc Herve Abelard
Santo Domingo.- El Gobierno dominicano reiteró este miércoles su “profunda preocupación” por la inestabilidad política y la violencia que vive su vecino Haití, y por las “dificultades” que prevé para que se cumpla el calendario electoral propuesto por el presidente haitiano, Jovenel Moise, para el presente año.
Así lo manifestó el canciller dominicano, Roberto Álvarez, al dar lectura a un documento señalando la posición del país sobre la situación en Haití y su actual clima de crispación.
Moise, que gobierna por decreto desde que el aplazamiento de las elecciones legislativas de 2019 impidiera renovar el Parlamento, espera organizar un referéndum en junio para aprobar una nueva Constitución y en septiembre celebrar elecciones legislativas y presidenciales.
Para el Gobierno de la República Dominicana la dificultad para cumplir con la agenda electoral “deriva de dos elementos fundamentales- Primero, la falta de diálogo entre los principales actores llamados a participar en los diversos procesos electorales.
Segundo, la gran lentitud con que se lleva a cabo el registro y carnetización de votantes.» “A la fecha, todos los estimados apuntan a que no se logrará la meta de completar el registro de votantes para el proceso electoral”, agregó Álvarez al dar lectura al texto.
En este sentido, el Gobierno dominicano “reitera su compromiso de apoyar el proceso de inclusión en el registro civil de ese país de todos los ciudadanos haitianos que se encuentran en territorio dominicano».
La República Dominicana aboga por “un diálogo político amplio, inclusivo y de buena fe, que reúna a las distintas fuerzas nacionales haitianas, en busca de acuerdo de gobernabilidad para la modificación constitucional y la celebración de elecciones.
» En consecuencia, insta a “todos los sectores comprometidos con la democracia, tanto en Haití como en la comunidad internacional” a contribuir “a la creación de un ambiente favorable” para mantener el diálogo necesario que asegure un cambio de gobierno democrático que garantice la estabilidad en el país vecino.
Según el texto leído por Álvarez, “una reforma constitucional de amplia aceptación por la mayoría de las fuerzas políticas y sociales de Haití sería el punto de partida para el desarrollo de una arquitectura institucional más apropiada” para esa nación.
Haití atraviesa un período de abierta confrontación entre Moise y la oposición, además de una situación de inseguridad derivado de la reanudación de la guerra entre bandas armadas y el aumento de los casos de secuestro, especialmente en Puerto Príncipe.