El descontento de muchos dirigentes reconocidos del Partido Revolucionario Dominicano es un reflejo de la violación de las normas internas, que obliga a que muchos militantes no se sientan representados y tengan que renunciar y afiliarse a otras fuerzas políticas.
La práctica en nuestros partidos ha sido que los seguidores deben estar alineados con las autoridades de turno o, en caso contrario, sufren de la marginalidad partidaria. El PRD ha sido el mejor ejemplo de las insastisfacciones acumuladas, por cuya razón ha sufrido de múltiples divisiones, siendo el caso más reciente el nacimiento del Partido Revolucionario Modernos (PRM).
¿Podrían estas crisis ocurrir en otros partidos? Las posibilidades están al rojo vivo por las crispaciones que hay en el Partido de la Liberación Dominicana, por el tema de la reelección mediante una reforma de la Constitución. Tampoco se podría descartar en las filas del PRM, en virtud de que las pasiones parecen encendidas entre los adeptos de Luis Abinader e Hipólito Mejía por el caso de la nominación presidencial.
La ley de partidos fue aprobada, tras estar engavetado por más de 15 años, precisamente para regular los conflictos, cuya solución fue traspasada a la Junta Central Electoral con el montaje de sus procesos internos.
Oscuridad
Las autoridades deben trabajar en la iluminación de muchos tramos de calles y avenidas, que se constituyen en peligro para los ciudadanos que acostumbran recorrer estas vías. Por doquiera hay calles sin el servicio energético.