El Cairo.– Los primeros 126 cuerpos de las 224 personas que fallecieron ayer en el siniestro del avión de la compañía rusa MetroJet en la península egipcia del Sinaí fueron enviados hoy desde Egipto a Rusia.
Una fuente de seguridad del aeropuerto de El Cairo confirmó a Efe el despegue de los aviones que transportan los cadáveres, que fueron trasladados previamente al aeródromo por decenas de ambulancias.
El proceso de repatriación de los cuerpos comenzó esta tarde con la entrega de la mayoría de los cadáveres encontrados a la embajada rusa en Egipto, como paso previo para llevarlos a San Petesburgo, según informó el Ministerio egipcio de Justicia a la agencia oficial de noticias, MENA.
Antes de proceder a la entrega de los cuerpos a los diplomáticos rusos, la Justicia egipcia ordenó que se llevara a cabo un examen externo de los cadáveres, se realizaran exámenes de ADN de los cuerpos y de los restos mortales, y se fotografiaran y enumeraran los cadáveres, añadió MENA.
Anoche llegaron a Egipto tres aviones rusos con la delegación de investigadores y con los ministros de Transporte y para Situaciones de Emergencia, además del máximo responsable de la agencia de aviación civil, Rosaviatsia.
De los 224 fallecidos, las autoridades egipcias anunciaron que hasta el momento se han hallado 187 cadáveres, que fueron trasladados a El Cairo y repartidos entre cinco hospitales públicos y la morgue de Zenhum, antes de que la mayor parte fuera repatriada.
Entre los muertos figuran 220 ciudadanos rusos, tres ucranianos y un bielorruso, incluidos 25 niños. Por su parte, el Comité de Aviación Interestatal ruso anunció hoy que el avión se destruyó en el aire y que los restos fueron desperdigados en un área de 20 kilómetros cuadrados.
Los Ejecutivos ruso y egipcio defienden que la causa más probable del siniestro sea un fallo técnico y niegan la posibilidad de que la tragedia haya sido resultado de un ataque terrorista.
Sin embargo, el grupo yihadista Wilayat Sina (Provincia del Sinaí), filial egipcia de la organización extremista Estado Islámico (EI), asumió ayer la responsabilidad por la caída del Airbus-321, en un vídeo cuya autenticidad no ha podido ser confirmada.
Mientras, continúan las investigaciones en el lugar del siniestro y próximamente se procederá al análisis del contenido de las cajas negras, que solo sufrieron daños leves.
Con el objetivo de acelerar esas investigaciones, hoy el fiscal general egipcio, Nabil Ahmed Sadeq, prohibió el acceso a las zonas donde se han hallado restos del avión ruso.
El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, pidió hoy esperar las conclusiones de los estudios. En una comparecencia durante un simposio en El Cairo, Al Sisi subrayó que la investigación “no es fácil” y que Egipto quiere conocer “las causas reales del accidente».
En esas investigaciones están colaborando expertos internacionales procedentes de países como Rusia o Francia, informó a MENA el ministro egipcio de Aviación Civil, Husán Kamal, quien añadió que está previsto que se incorporen también dos alemanes.
Por otro lado, las aerolíneas emiratíes Air Arabia, Flydubai y Emirates Airline anunciaron hoy que no sobrevolarán la zona de la península egipcia del Sinaí hasta que se conozcan más detalles sobre la tragedia.
Sin embargo, la también emiratí Etihad indicó que continuará sobrevolando la zona, excepto algunas áreas, después de que se lo hayan pedido así las autoridades egipcias.
Hasta el momento, el Gobierno de El Cairo no ha informado haber exigido a las compañías aéreas que eviten ciertas zonas del espacio aéreo de esta península, situada en el noreste de Egipto y donde actúan varios grupos armados.
Esas aerolíneas se unen a otras compañías como Lufthansa o Air France, que anunciaron que no sobrevolarán la península del Sinaí hasta que se esclarezca lo sucedido.
El aparato, un Airbus-321, se precipitó en una zona desértica situada a unos 300 kilómetros al sur de la ciudad de Al Arish, capital de la provincia del Norte de Sinaí, tan solo 23 minutos después de haber despegado de la localidad turística de Sharm el Sheij con destino a San Petesburgo.
El año pasado, 3.250.000 ciudadanos rusos visitaron Egipto, de los que el 95 por ciento eligieron como destino las costas del mar Rojo, cuya capital turística es Sharm el Sheij.