Entre las medidas anunciadas por el presidente Danilo Medina ante la Asamblea Nacional, no hay duda de que los planes para reorganizar el transporte ameritan una especial atención.
Los dominicanos hemos vivido envueltos en un total caos y en medio de privilegios en el manejo del sector transporte.
El Estado nunca ha priorizado medidas contundentes para garantizar un eficiente servicio que contribuya al bienestar colectivo en materia vial.
Que el Gobierno contemple invertir 3 mil millones de pesos en este año en planes dirigidos a eliminar el desorden en el transporte obliga a un cambio de mentalidad en la ciudadanía y en las autoridades, con acciones alternas a la intervención gubernamental, como por ejemplo una correcta educación vial y la conciencia plena de la población.
Asimismo, mayor rigurosidad en la labor de los agentes de tránsito y en la aplicación de las regulaciones legales.
Pero hay que evitar que “mercaderes políticos” nuevamente vuelvan a aprovecharse de esas inversiones anunciadas por el presidente Medina en la construcción de parqueos y en la instalación de sistemas de buses, además en el cambio de flotillas en el transporte público.
La reorganización del caos que hay en la parte vial obliga a una ejecución sin miramiento desde el Estado. Parece que el Gobierno está bien enfocado en la solución, pero hay que esperar sus acciones concretas.