Para que una relación de pareja funcione necesariamente hay que hacer ciertos ajustes, que para algunos son muy difíciles principalmente si tiene mucho tiempo practicando la soltería real.
Cada persona es un mundo y cada pareja también.
Ambos vienen con una mochila llena de vivencias positivas y negativas y de ahí depende mucho sus reacciones y acciones. Unos con heridas de abandono o rechazo de la infancia, otros con tanto amor y sobreprotección, otros con sentimientos de injusticia o traición. En fin, adaptar esto no es tan fácil como se cree.
Es imprescindible entender lo expuesto en el párrafo anterior, para constituir una vida en pareja lo más sana posible. En ocasiones es necesario la ayuda de un profesional para el adecuado funcionamiento entonces de esta unión y hay que buscarlo.
Es importante trabajar desde el amor, la confianza, la empatía y la apertura a comprender las necesidades del otro. Algunos entienden que es un sacrificio, si lo vemos así, no se obtendrá el mejor resultado para el objetivo de mantener la estabilidad de la unión.
Lo más acertado es tomar conciencia y actuar desde allí. Tratar de conocer al otro y reconocer sus virtudes y defectos, comprometerse a hacer todo lo posible por estar juntos, siempre que sea en el marco de lo que se considera lo normal, pues comprender y empatizar no significa permitir el abuso y maltrato como algunos entienden.
La comunicación adecuada, la responsabilidad, el respeto, la dedicación, además del amor, mantienen ese vínculo afectivo sexual en una pareja unida y sana.