A la capacidad de una persona para reponerse de una situación dolorosa o catastrófica se ha dado en denominarla “resiliencia”, un concepto de uso extendido hoy día que alguna vez fue parte de la exclusiva jerga de psicólogos.
De la sociedad dominicana se dice ahora, a propósito de la rapidez en reponerse de la desmovilización, el encierro y la infección del Covid, que es “resiliente”.
Y viene a ser que esta buena disposición ante la adversidad también está llevando a tratar los elevados reportes actuales del contagio con el virus como un asunto sin mayor importancia.
Y esto ocurre de manera fundamental porque el tiempo promedio que tarda un afectado en reponerse es una semana.
Sin embargo, no debemos olvidar que no ha desaparecido el riesgo de muerte para algunas personas, el cual puede ser verificado por cualquiera que se tome el tiempo de revisar el reporte diario del Ministerio de Salud, a través de su Departamento de Epidemiología, sobre el comportamiento de la enfermedad.
Ahora se ha empezado a hablar de que tenemos en el país de un caso de viruela símica, una afección al parecer menos contagiosa, pero de un más largo tiempo bajo el cuidado de la medicina y de pústulas inquietantes.
La población no lo nota, pero el Covid sigue teniendo efectos económicos significativos por las ausencias laborales, particularmente en estos días de aumento de contagios.
Y como está probado que la vacunación es efectiva, haría bien la población en acogerse a este recurso puesto por Salud Pública al alcance de todos, y volver sobre las recomendaciones de higiene y protección personal sobre las que no hay que educar a nadie hoy día.
Las reglas de higiene que sirven contra el Covid también son útiles para evitar la viruela símica.