Para octubre está previsto que la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití comience su retirada definitiva, lo que implica un inconveniente para el país en cuanto a la vigilancia de la frontera.
Es decir, que se debe prever un flujo masivo de haitianos por la zona fronteriza.
Sin embargo, el Ministerio de Defensa solo ha anunciado el envío de mil soldados, lo que para muchos son insuficientes, en virtud de la extensión de la frontera.
Además, esta implicación obliga de una política definida sobre la nueva convivencia con las autoridades haitianas en cuanto al tema de la migración y el derecho del país a deportar a los indocumentados.