Uno de los procesos más difíciles, y a la vez necesarios , es impulsar un profundo sistema de reforma de las Naciones Unidas. Hasta ahora es muy poco lo que se ha podido hacer debido a que las disposiciones de la Carta establecen que cualquier proceso de reforma debe contar con la aprobación de las 2-3 parte partes de los miembros de las Naciones Unidas, así como el voto afirmativo de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad.
La primera crítica que se hace se refiere al estado actual del Consejo de Seguridad, y especialmente al derecho de voto permanente y veto que tienen Estados Unidos, Rusia, Francia, China y Reino Unido. En varias ocasiones la Naciones Unidas ha dejado de actuar con rapidez debido a que algunos de estos países no esta dispuesto a apoyar una medida determinada.
A pesar de que las propuestas de cambio son muchas, una que debe ser descartada es la posibilidad de que se suprima el derecho de veto puesto que ello requeriría de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad accedieron a ceder su privilegio.
La única posibilidad de modificar la actual estructura de dicho órgano es ampliar el número de miembros permanentes y no permanentes. Sobre esto, existen dos propuestas principales (i) que Alemania y Japon se conviertan en miembros permanentes del Consejo de Seguridad, o (ii) que se cree un puesto permanente para cada una de las tres regiones que no están representadas , a saber, América Latina y el Caribe, África y Asia. De esta forma las regiones podrían ser miembros permanentes del Consejo de Seguridad con derecho a veto.
Dentro de los otros cambios que se están debatiendo, destaca el de dar un mayor poder al Presidente de la Asamblea General , para que tenga un mayor nivel de incidencia en la agenda de las Naciones Unidas, asi como una mayor capacidad para proponer acciones que el Consejo deberá tomar en cuenta.
Gran parte de estas propuestas se encuentran en la Resolución 58-126 sobre Revitalización del trabajo de la Asamblea General, incluyendo la cooperación y coordinación entre la Asamblea General y el Consejo de Seguridad , así como el papel del Presidente de la Asamblea General.
Otro cambio, se refiere a la creación de una fuerza militar permanente de Cascos Azules, con la capacidad de tomar acciones de manera inmediata. Para agilizar su proceso, se viene discutiendo la posibilidad de que, bajo ciertas circunstancias, la Asamblea General pueda autorizar el accionar de estas fuerzas.
Cabe destacar que dentro de este debate, se ha venido trabajando en propuestas para una mayor participación de transnacionales y de organismos de la sociedad civil. Con relación a las transnacionales, y de acuerdo con la Declaración del Milenio, se pretende involucrar a las empresas para que participen activamente en la implementación de ciertos programas sociales de la ONU.